jueves, 10 de septiembre de 2009

Si la muerte pisa mi huerto.

Cuando ya has sobrepasado la madurez (quién la haya conseguido) y la fruta de tu vida empieza a notar cierta preocupación por caerse del árbol de la existencia terrenal, ha llegado el momento de tomar el resuello necesario para disfrutar/padecer el último tramo de un ciclo que empezó cuando una matrona te dío un cachete en el culo para que rompieras a llorar (resulta curioso y sintomático que el más claro síntoma de que estabamos vivos era nuestro llanto. Pronto empezabamos a derramar lágrimas. Afortunadamente en pocos días ya reíamos abiertamente ante las muestras de afecto. “Ce la vie” que dicen cruzando los Pirineos).

Al día de hoy sólo nos queda exprimir hasta la última gota la naranja y el limón de la vida. Es de suponer que a estas alturas ya tendremos hechos los deberes de hijo/a, hermano/a, esposo/a, padre/madre, amigo/a, compañero/a… lo de abuelo/a será tan cercano en el tiempo que andaremos por la primera evaluación. Siempre la nota -buena, regular o mala- serán los demás quiénes nos la pongan. Acatarla como correcta es nuestro deber ético y moral. Aunque en un balance general quién debe prevalecer es tu propia conciencia. Esa siempre nos dice la verdad de la manera más descarnada y apabullante. Con ella cualquier lucha está perdida de antemano.

El día a día. Eso es lo único que tenemos con certeza. Ojalá nuestras experiencias nos hayan vueltos tolerantes, solidarios, cariñosos y reflexivos. Solo de esta forma podremos gozar de lo previsiblemente bueno que nos espera. El futuro es un barco con el que embarcamos en nuestra juventud y nos hizo navegar de manera ilusionada por los mares de los sueños. ¿Qué cuántos se realizaron? ¡Que más dá!. Los sueños siempre son una meta por la que luchar y en esa lucha en sí está lo mas hermoso de la existencia. Si has dejado tras tus pasos la semilla de la bondad, el sacrificio, la honradez y la solidaridad ha merecido la pena tu andadura terrenal. Si al cabo de los años alguien se emociona con tu recuerdo será el mejor síntoma de haber engrandecido el género humano (otros lo han envilecido).

Reconozco que para muchos puedo ser en la actualidad un batiburrillo de mil pares de c…… Soy de un tirón y sin anestesia lo siguiente: socialista democrático ajeno a los que hoy nos gobiernan (socialdemócrata creo que le llaman a eso). Bético. Creyente. Cofrade. Orgulloso de ser Sevillano, y por ende Andaluz, y por ende Español. Aprendiz de Escritor e Historiador. Administrativo de profesión y…. “algunos casos que recordar no quiero” como diría Antonio Machado.

Confio que cuando la Dama de Negro me invite a bailar el último vals, pueda luego reunirme con mis ausentes queridos. Poder darle las gracias a mi padre por inculcarme la afición al Flamenco y a los Toros que tantos días de gozo me dieron. Sentir de nuevo la cariñosa mano de mi abuela Teresa sobre mi infantil cabeza mientras me daba buenos consejos y mejores meriendas. Abrazar a mis tíos Antonio y Carmela y darles las gracias por tanto cariño como me mostraron. Emocionarme con el azul de los ojos de mi tía Conchita la bordadora. Valorar de nuevo en lo que vale la rectitud y la hombría de bien de mi tío Víctor. Volver a mirarme en el espejo de Manuel Alonso Hidalgo mi gran mentor y maestro. Aprender de nuevo de la sabiduría flamenca y humana de Manolo Centeno. Volver a agarrarme de la mano de mi abuelo Félix y recorrer de nuevo cortijos y gañanias en su labor de enseñante (marginado por haber sido republicano). Terminar la conversación que tengo pendiente con mi amigo José Antonio Pérez Baena---“ que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”. Decirle a mi “hermano” Fernando Lappi que lamenté enterarme de su muerte por la prensa. Ninguno de los suyos creyó conveniente el avisarme de su fallecimiento. Espero en definitiva verlos a todos algún día (que contra más tarde mejor. Prisas no tengo ninguna). Ahí radica la Fé del creyente en soñar con el reencuentro y la eternidad.

Pero mientras tanto en este intervalo, que espero y deseo sea largo y glorioso, seguiré apurando la copa de la vida. La Goleta, el Picadero, Casa Salvador, el Rioja o la Barbiana serán visitados asiduamente con mi amigos Santi, Manolo, Miguel Ángel y Eduardo (Duque del Infantado de Casa Coronado), para degustar entre viandas el oro liquido de Sanlúcar y el impagable placer de la verdadera amistad.

El Salvador, San Nicolás y San Lorenzo serán donde intentar que el alma se serene.

El Lunes Santo iré a San Lorenzo a rendirle pleitesía al Dios de nuestros abuelos.


A este rostro tan humano
duele mirarlo de frente
consuela besar su mano
confundido entre la gente.



El Martes Santo recuperaré de nuevo en una tarde–azul y plata- la Alfalfa de mis origenes. Espejo de antiguo mercadillo de pájaros donde se refleja la Collación de San Nicolás. Ella –mi Candelaria- y “El Pija” (perdón por la irreverencia hecha desde el cariño más profundo) son el Alfa y el Omega de mis sentimientos cofrades y sevillanos. El Jueves Santo me enfundaré mi tunica de ruán de Pasión y pisaré una Ciudad llena de lágrimas de cera detrás del Nazareno de Martínez Montañés.

Vivir intensamente cada día en esta Hispalis hermosa y maltratada por quiénes tienen la obligación (y además cobran por ello) de cuidarla más que nadie.

Para terminar y antes de “entregar la cuchara”( que insisto: contra más tarde mejor) permitirme una frivolidad en forma de dos deseos. A saber: ver el Metro llegar a mi Barrio de Pino Montano y que “mi” Betis vuelva cuanto antes a Primera (a ser posible sin donmanué).

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