miércoles, 14 de octubre de 2009

El rostro humano de la Crisis.



José Manuel tiene 42 años de edad. Está casado y es padre de un niño de 12 años y una niña de 10. Trabaja ininterrumpidamente desde los 16 años. Desde hace 15 es verificador de una cadena de montaje en una fábrica de coches. El pasado viernes llegó a su casa apesadumbrado y le dijo a su mujer que se habían cumplido los negros presagios. Lo han dejado sin trabajo. Va a estrenarse por primera vez como demandante de empleo en las oficinas del INEM.

Elena tiene 27 años de edad. Pensaba casarse la próxima primavera. Junto con su marido, que es cartero eventual, se han embarcado en la hipoteca de un piso. Se lo entregaban a primeros de año. Trabaja de administrativa, con contrato eventual, en una empresa del Ramo de la Alimentación. El viernes pasado le han confirmado que no pueden renovarselo debido al bajón de las ventas. No sabe si el último período cotizado le dará para una prestación de desempleo.

Evelina tiene 53 años de edad y está separada. Es cubana y en la Isla ejercía de Profesora de literatura y Traductora de inglés. Llegó a España, hace 7 años, buscando el respirar aires de libertad y poder conseguir nuevos y más amplios horizontes. Aquí se encontró con la cruda realidad del día al día. Lleva sobre sus espaldas, durante la semana, las faenas domésticas de cinco casas. Aparte, en días alternos cuida de noche a ancianos enfermos. Vive de alquiler en un barrio del extrarradio y tiene a su cargo a dos hijos y a una hermana con Síndrome de Down. El viernes pasado le han dicho en cuatro de las casas que ya no pueden pagarle sus servicios. Nunca ha cotizado y no tiene posibilidades de acogerse a la cobertura del desempleo.

Nikolai tiene 35 años y es rumano. Lleva 4 años en Sevilla. Su mujer y sus 3 hijos se quedaron en Rumania a la espera de que algún día puedan reagruparse de nuevo. Vive, junto con 4 compatriotas,en un pequeño piso de la Barrida del Rocío. Trabaja en la construcción donde le pagan como y cuando quieren. Un inciso: mal asunto es que los sindicalistas “liberados” del yugo del trabajo se olviden que su función (de funcionarios) consiste en defender a los trabajadores más desprotegidos. A Nikolai le dijeron el pasado viernes que las obras están paralizadas por la bajada de ventas de pisos y que no vuelva ya al tajo el próximo lunes.

Estos ejemplos, reales como la vida misma, son una pequeñísima muestra de la catarata de casos similares, o peores, que empiezan a caer sobre nuestra sensibilidad mas solidaria.

Es el rostro humano de la crisis. Aquí no hay G-20 ni G-8. No se adentra nadie en el discurso político/económico/social de la temida Recesión. Por cierto, tardó un poco nuestro Gobierno en pronunciar este –parece ser que maldito- concepto. Había CRISIS y de las gordas.

Se están buscando soluciones –entiendo que desde las mejores intenciones- en todos los frentes políticos y financieros para tapar este enorme y fraudulento agujero. Si los grandes expertos en la materia (hablamos incluso de algunos Premios Nobel de Economía) no se ponen de acuerdo sobre las posibles soluciones, poco puede uno aportar desde su ignorancia.

Los más sensatos y sesudos argumentan que se han dado un cúmulo de circunstancias negativas dentro del marco de un capitalismo ultraliberal y conservador. Abuso de poder, y de recursos procedentes de los ciudadanos, por parte de no pocos políticos corruptos. Guerras costosísimas y que están perdidas de antemano por tratarse de enemigos imaginarios. Dictadura y usura a discreción por parte de una banca a la que los Gobiernos se dieron prisa en ayudar financieramente (¿).

Muchos factores concatenados que han hecho que la Sociedad del Bienestar se haya ido literalmente al ca….. de la noche a la mañana.

¿Remontaremos el vuelo?. Sin duda, aunque parece ser que seremos de los últimos, y nos llevará tiempo remontar hacia una nueva normalidad de falsas clases medias. Para que los “brotes verdes” se conviertan en un bosque, habrá que esperar un largo periodo. ¿Aprenderemos o aprenderán de los errores cometidos?. Aquí si se me plantean serias dudas sobre el particular.

Mientras tanto cabe preguntarse ¿Qué será de los José Manuel, los Nikolai y de las Evelinas y Elenas?. Van a pasarlas canutas.Vamos todos, directa o indirectamente, a pasarlo mal. Solo nos queda la solidaridad y que nuestro Gobierno acierte –alguna vez- con las médidas de protección social y económicas. Está en el aire nuestro presente y el futuro de nuestros hijos y nietos. Seamos moderamente optimistas y recordemos las palabras de J.F.Kennedy cuando dijo…..”no preguntes que puede hacer tu Pais por ti, preguntate que puedes hacer tú por tu Pais”.

Nosotros estamos preparados, como si fueramos costalero de nuestra Semana Santa, para cuando nos digan: …”a está é”. Pero cabe preguntarse ¿son de garantía el Capataz o los capataces que nos mandan?. Yo, sinceramente, lo dudo.

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