viernes, 5 de noviembre de 2010

Vertebrando que es gerundio




Posiblemente ningún concepto ha sido tan utilizado en nuestro País –en Andalucía ya ni les cuento- desde la anhelada, y hoy manipulada y desprestigiada, Democracia como la “Vertebración”. Todo ha girado en torno a esta mágica palabra que servía de tapadera tanto para un roto como para un descosido. Para saber a que atenerme y poder escribir sobre este “vertebrado” tema con conocimiento de causa lingüística, tiro de las antiguas Enciclopedias. Así el Espasa nos dice que Vertebrar consiste en: “Dar consistencias o estructuras internas, dar organización y cohesión”. Por su parte el Larousse nos aclara que Vertebrar es: “Articular una cosa con otra, generalmente en un todo”. Ahora sí que puedo decir que dispongo de elementos de juicio para aclararme sobre el particular. Cohesionar, unir en definitiva mediante el sacrosanto concepto de la vertebración. Pero, aplicando esta teoría al terreno de la situación política actual de España y/o Andalucía nos surgen dudas razonables. A saber: ¿está vertebrada España en la actualidad”. ¿Puede decirse que Andalucía esté cohesionada en torno a un eje vertebrador? Creo que estas preguntas son respondidas por algo tan clarificador como nuestra desosegante cotidianidad. Cuando ya han transcurridos más de tres décadas de Democracia en España, nos encontramos con que un tercio de los habitantes de la Piel de Toro reniegan de su “impuesta españolidad”. Quieren independizarse de esta “madrastra” inmisericorde que los tiene “oprimidos” históricamente pero, eso si, sin muchas prisas, que antes hay que dejarle sus ubres sin una gota de leche. Es decir: huyen de la vertebración –española- como almas que lleva el diablo pero, a que dudarlo, vuelven raudos y veloces al escuchar el tintineo de las monedas. En las previas de la final de la Copa del Mundo de fútbol, le escuché decir a un dirigente nacionalista vasco, que él prefería que la ganase Holanda. El mismo que ahora nos “cuenta” que han apoyado al Gobierno de Zapatero en la “liberación” de los Presupuestos Generales del Estado para ayudar a la sostenibilidad del Estado Español (que se les hayan concedidos nuevas transferencias -22 exactamente- es una cuestión menor y accesoria). Para entendernos: “Vertebración en toda su pureza”. Dicho esto, nada que objetar a unos políticos que priorizan los intereses de su terruño por encima de las demás cuestiones. Emulando al Poeta del Puerto podríamos decir: ¿Qué sueñan, cantan o hacen los políticos andaluces de ahora? Cuando doña Rosa Aguilar desembarcó en Madrid para ocupar el Ministerio de Medio Ambiente y Agricultura, la primera frase que dijo fue la de “vertebrar” este Organismo Ministerial con el conjunto de la ciudadanía. Por cierto, ¡peazo de carrerón político el de la cordobesa! ¿Será la próxima Presidenta del Gobierno a lo Ángela Merkel? No creo que nunca se arrepintiera de dejar IU. Doña Josefina Cruz, su sucesora al frente de la Consejería de Obras Públicas y Vivienda, ¿saben ustedes que primer concepto utilizó al ocupar el cargo?, ¡bingo!, ¡la famosa Vertebración! A propósito, aprovecho para desearles a ambas mucha suerte en sus respectivos menesteres, les va a hacer mucha falta.

Recuerdo, que cuando la inauguración del Canal Sur televisión, se nos dijo hasta la saciedad que iba a ser un elemento vertebrador del Pueblo andaluz. Reconozco, tonto de mí, que hasta me emocioné al escucharlo. ¡Por fin la Autonomía andaluza iba a poner en marcha los mecanismos necesarios para plasmar el ideario de Blas Infantes!
Se acabaron los caciques y los abusos que nos había mantenidos permanentemente en la miseria, el hambre y el pertinaz subdesarrollo. Ya los malagueños no culparían a los sevillanos de todos sus males. Los sevillanos a su vez se darían un histórico abrazo de confraternidad con los cordobeses. Granadinos y jiennenses cogidos de la mano por las lindes de los olivos y las laderas de montañas de nieve y sol. Ya los de Mairena no se molestarían si se les comparaba con los del Viso. Los partidos de fútbol entre gaditanos y jerezanos no terminarían en batallas campales. Todos unidos y engarzados a una hermosa Historia cultural, politica, social y sentimental llamada Andalucía. De esa vertebración ya se encargarían nuestros políticos utilizando la extraordinaria herramienta creada: nuestro Canal Autonómico.

El resultado salta a la vista y, pusimos a prueba nuestro secular sentido de la ingenuidad (que se lo pregunten a los “loperistas” del ayer). Crearon un “vertebrador” mastodonte burocrático televisivo donde, salvo honrosas excepciones, se nos va inútilmente una parte muy considerable de nuestros impuestos.

¿Vertebración andaluza? Aquí lo único que se ha vertebrado han sido las cuentas corrientes de muchos desaprensivos que, sin duda, han cohesionado sus intereses particulares con los de su “misma cuerda”. Andalucía, tierra de contrastes. De grandes políticos y de “personajillos” con carné. De bandoleros y misioneros de la bondad, el esfuerzo y la decencia. De ilustres prostíbulos y sacrosantas capillas. De espíritus libres y crónicos pelotilleros. Tierra de grandes poetas –los mejores de Europa- y de plumillas rencorosos. Aquí, históricamente, solo se vertebró hambre con miseria. Pillaje con permisividad. Trincones con “mangoleta” y, pueblo con explotación, abandono y desidia. La misma que hoy posibilita que les toquemos las palmas a los “julianesmuñonez” de la politica. Andalucía –y Sevilla ni les cuento- duele no precisamente por su falta de vertebración, sino por su indolencia ante esta legión de mediocres y oportunistas que la rodea. Me resisto a creer esa sempiterna teoría de que: “Cada pueblo tiene el Gobierno que se merece”. ¿Será verdad?

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