En la actualidad hay un segmento –muy pequeño eso sí- de gente de mi Barriada que esta nerviosa. Antes de seguir, y a modo de aclaración, diré que donde vivo es en Pino Montano. Aquí llevó viviendo la mitad de mi existencia -32 años del ala- y, justo es reconocerlo, perfectamente integrado. Me siento valorado y apreciado y doy fe, sin agravios comparativos con nada ni con nadie, que esta es la mejor Barriada de Sevilla. No entraré en detalles para no aburrir al personal con mis batallitas. Este núcleo urbano ha sido un granero de votos para PSOE y, de hecho, donde comparativamente más rédito electoral sacaban en España los socialistas. Tampoco entraré a calibrar la gestión de algunos dirigentes “pinomontaneros” y donde han terminado algunos de ellos. Cada cual es dueño y esclavo de su comportamiento. ¿Que han hecho muchas y buenas cosas por la Barriada? Posiblemente, aunque esto debía ser una cuestión de justa equidad proporcional y nunca una “gratificación” por los servicios prestados (en las urnas). La gente a la hora de votar –a pesar de lo que piensan los “demócratas de IU- nunca se equivoca. Ni cuando votaban mayoritariamente al PSOE, ni tampoco ahora que lo hacen al PP. Más bien quienes se equivocan son los políticos cuando piensan que su gestión –buena o mala- no tendrá incidencias en las urnas. Deben –o debían- pensar que éramos tan tontos que los seguiríamos votando contra viento y marea. El vuelco electoral, ya conocido como el “Zoidazo”, ha puesto las cosas en su sitio (al menos hasta una nueva convocatoria). Para aquellos que consideraban que Andalucía en general y, Sevilla en particular, eran de su propiedad política empiezan a no salirles las cuentas. Es igual que si te regalan una entrada para los toros y llegas a creerte que la Plaza es tuya. Alguna vez terminará la Corrida con el sexto toro o el sobrero y tendrás que volver al sitio de donde procedías. Esto, más o menos, le está pasando a algunos de mi Barriada. Están nerviosos y tienen ya pocas posibilidades de darle carrete “ar” Zoido. Quede claro que no me alegra saber que alguien pierde su puesto de trabajo y, menos constatar que una nueva familia pasa necesidades. Pero cuando las cosas ocurren por un ejercicio de racionalidad poco se les puede objetar a las mismas. Ahora, quizás ya demasiado tarde, han levantado la vista a la entrada del Cortijo y donde creían que figuraba el nombre de su Partido resulta que lo que pone es: DEMOCRACIA. Las moscas de este país están en la actualidad, unas tumbadas por las urnas, y otras aleteando nerviosas por observar que están poniendo mosquiteras en ventanas y balcones. Recuerdo que en una televisión local y, al poco de comenzar el recuento de votos, se constató un hecho insólito: ¡En una mesa de Pino Montano había ganado el PP! Esto fue un claro indicio de cómo terminaría la tarde-noche del recuento. Ahora toca seguir volando a la espera de encontrar un hueco por donde colarse y seguir disfrutando de la rica miel (del poder). Está difícil, y lo que más me duele, es saber lo que terminan comiendo las moscas cuando no encuentran otra cosa. Suerte para todos y, a ser posible, no estaría de más quitarle el polvo al cuadro de don Pablo Iglesias. Eso y reflexionar que quieren decir las siglas PSOE.
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