lunes, 21 de noviembre de 2011

El rasante vuelo de la Gaviota



Se cumplieron a rajatabla lo que los cursis que nos rodean llamarían las “expectativas electorales”. Victoria aplastante del PP y descalabro de consideraciones históricas del PSOE. Todas las encuestas presagiaban este resultado que viene originado no –como dicen algunos dirigentes socialistas- tan solo por la Crisis, sino por la forma en que la han gestionado. 1) Se perdieron unos meses fundamentales en reconocerla, asumirla e intentar paliarla. 2) Se toma como primera medida inyectarle dinero a uno de los causantes fundamentales de la misma: los Bancos. 3) Se le recortan los ingresos a los más indefensos: los pensionistas. Luego, hemos asistido atónitos a un “carrusel” de medidas improvisadas ante el regocijo del PP que veía como les estaban poniendo el Poder “a huevo”. Era la “Crónica de una derrota anunciada” y, diríamos más, ampliamente asumida. De nada le ha servido al PSOE la profunda “renovación generacional” de sus listas electorales (Guerra, Rubalcaba, Chaves, Viera…) ni el sempiterno “asusta niños” del ya manido “que viene la derechona”. Absolutamente patético los codazos para figurar en los puestos de las listas socialistas con posibilidades de salir elegidos. Tampoco es plan de preguntar –y preguntarse- a que se dedicaban algunos antes de “meterse” en política. Aquellos que nunca consideraron la actividad pública como “una forma de vida” han retornado a sus quehaceres profesionales sin ningún tipo de trauma. La Crisis y sus trágicas consecuencias colaterales ha puesto de manifiesto -de manera rotunda- en manos de quienes estamos (Gobierno y Oposición). Cada uno ha defendido prioritariamente sus intereses, dejando a los ciudadanos varados en el puerto del desosiego y la desesperanza. Cuando les contemos a nuestros nietos al calor de la lumbre (caso de que para entonces nos quede algo de leña) que hubo una vez que los sevillanos tuvimos –coincidiendo en el tiempo- a don José Luís como Presidente del Gobierno; a don Manuel como Presidente de la Junta y, a don Alfredo, como Regidor Mayor de la Ciudad, y todo enmarcado en una brutal Crisis global, a no dudar se abrazarán con nosotros llorando. Creo firmemente que la alternancia en Política no solo es buena sino incluso necesaria. Desconfío del “Político profesional” por entender que la Política o es vocacional o no es nada. Ocho años, dos legislaturas y, desde el Concejal del pueblo más pequeño de España hasta el Presidente del Gobierno todos, absolutamente todos, a retornar a sus ocupaciones profesionales. Les toca el turno a los de “la Gaviota” y posiblemente nos queden meses donde la palabra más en uso sea la “ruinosa herencia recibida”. Pongo de nuevo mi reloj de demócrata converso y confeso para que su tic-tac me lleve una vez más a los cien primeros días de cortesía. Lamento constatar que ya hace bastante tiempo que pertenezco al volátil mundo de los escépticos. Desconfío con razones argumentadas de nuestra clase política en general. Pero como a nadie se le puede negar el beneficio de la duda, pues a esperar a ver donde nos lleva el “rasante vuelo de la Gaviota”. Empeorar a los que han sido desalojados del Poder es difícilmente realizable. Tiempo al tiempo.

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