El próximo día 1 de septiembre muchas actividades culturales pasarán de pagar el actual 8% de IVA al 21%. ¡13 puntos de aumento! Desde todos los frentes culturales se argumenta una consideración generalizada: “Estamos ante el “tiro de gracia” para una Cultura ya de por si agonizante”. Decían, hace ya muchos años, trabajadores inmigrantes en EE UU: “La Cultura no es el pan, pero son las rosas. Queremos el pan, pero también las rosas”. Imaginarse el ejercicio de vivir sin la lectura de un buen libro; una buena película; una obra de teatro; un recital; una exposición o una buena grabación musical es mucho imaginar. El recorte –los recortes- para la castigada Cultura española empezó bajo el mandato de don José Luis Rodríguez Zapatero. Se cortaron drásticamente una serie de subvenciones en vez de controlar donde iba a parar una suculenta parte de las mismas. El “amiguismo” y las “trincaeras políticas”” formaban parte del mundo de las “ayudas culturales” (¡si las Ferias de algunos pueblos hablaran!). Si no se subvencionan partidas para eventos culturales, y además se les grava con más impuestos, la Cultura desaparecerá de nuestras vidas. Aparte de los artistas son muchos los trabajadores que viven de los eventos culturales. Va para tres años que realicé mi última producción discográfica (dada mi jubilación ha sido la definitiva) y doy fe, a lo largo de estos años, que son muchas las personas que consiguen darle forma y salida comercial a los “discos”. La Cultura es Arte pero también a la vez son Industria y Comercio. Son muchos los puestos de trabajo que genera y que, inevitablemente, van a perderse. España es un país sin suerte: Don Mariano Rajoy ha resultado ser un Zapatero de derechas. Por su pusilanimidad los conoceréis. Se ha vuelto a demostrar lo que nos decían nuestros abuelos: “España es un país muy rico con un pueblo muy pobre”. Los creadores y trabajadores de la Cultura están desolados. Poco o nada (aparte de protestar civilizada y airadamente) pueden hacer para cambiar este estado de tropelías. Tenemos ¡463.000! políticos (el doble que los alemanes). Unas Diputaciones sin continente ni contenidos (verdaderos “Cementerios de elefantes”). Un Senado obsoleto e inútil a todas luces. 17 Comunidades Autónomas que se configuran como 17 Gobiernos paralelos al de la Nación. ¿Se trata de acabar con el Estado de las Autonomías? Para nada: se trata de racionalizar unos recursos que no posibiliten que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Alemania, a la que estamos nombrando continuamente, cobra un 7% de IVA en sus actividades culturales. España, con la subida prevista, se configura como el país de la zona euro con mayor porcentaje de gravamen, vía impuestos, sobre la Cultura. Según todos los analistas el “Rescate integral” de España, por parte de la UE, se vislumbra en un horizonte muy cercano. Será, a no dudarlo, motivo de nuevos y radicales recortes. La clase política (con el añadido, no lo olvidemos, de la sindical) se quedarán al margen de los mismos. Vamos dando tumbos en manos de unos impresentables que no saben más que atacar la economía de los más desfavorecidos. La Cultura siempre les importó un “huevo”. Salir en la foto en la entrega de galardones, y asistir en primera fila a grandes conciertos, configuraban la “parte política” de su universo cultural. Si dejamos morir la Cultura estaremos matando nuestra capacidad de soñar. Lo dijeron hace unas décadas unos trabajadores allá por EE UU: “La Cultura no es el pan, pero son las rosas”.
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