lunes, 20 de mayo de 2013

Grande entre los Grandes



Ha muerto Pepe Luis Vázquez. Se nos ha ido, a los 91 años de edad, un sevillano ejemplar llamado don José Luis Vázquez Garcés y un torero irrepetible al que conocerá la Historia del Arte de Cuchares como Pepe Luis Vázquez. Vivió sus últimos años recluido en su casa con sus recuerdos, el profundo cariño de la extraordinaria familia que supo crear y el respeto y la admiración de la sevillanía más profunda. Nadie como Pepe Luis Vázquez fue capaz de simbolizar cuanto representa el Toreo al sevillano modo. Gracia, templanza, donaire y majestad iban hilvanados en su toreo de capa y cosidos con hilos de oro en su muleta. Amigo incondicional de otro torero de leyenda, Manolote, con el que llegó a compartir 122 tardes de grana y oro. Quedó marcado por la tremenda cornada que sufrió en el rostro en la Plaza de Santander y que a la postre le produjo la perdida de la visión de un ojo. Se retiró alternando cartel con su hermano Manolo y con quien estaba llamado a sucederle en el corazón de los sevillanos: Curro Romero. Amplia información sobre su vida recoge hoy la prensa local sevillana -y los medios taurinos de Internet- como para tener que ahondar desde aquí en su biografía. Eterno su “cartucho de pescao” que consistía en citar a los toros con la muleta plegada. Tuvo en vida una gran amistad con don Eduardo Miura donde en la Plaza uno, el ganadero, ponía los toros y otro, el torero, su profundo Arte. Su fama en Sevilla era de tal dimensión que bastaba decir en cualquier ambiente “Pepe Luis” para saber a quien se estaban refiriendo. Profundamente enraizado en nacencia y querencia con su Barrio de San Bernardo queda ya eternamente en las cuidadosas manos del Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio. Mi padre sentía autentica veneración por el “Sócrates de San Bernardo” y hoy, su hijo, escribe estas líneas en nombre de los dos revestido de la emoción más profunda. Me vestiré de “Domingo” para despedirle dentro de un rato en el Salón del Apeadero del Ayuntamiento de Sevilla. Cuando cada día nos vamos sintiendo más solos y huérfanos de referentes sentimentales y culturales es que algo empieza a desmoronarse. Pero como es históricamente demostrable que Sevilla siempre le da al Arte –y a la vida- una segunda oportunidad…...siempre nos quedará Morante.

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