Conviene de cuando de cuando ralentizar el tiempo para analizar que
hemos hecho, que estamos haciendo y, lo más importante, que podemos hacer en el
futuro. Creemos que al día de hoy los “Toma de Horas” están consolidados y con
ilusiones renovadas para seguir tomándole el pulso a la Ciudad. Cuando Salva Gavira, artífice
y mentor de este modesto pero hermoso proyecto, me propuso la creación de este
Blog teníamos –y tenemos- algunas cosas meridianamente claras. Por una mera
cuestión de principios nos marcamos una serie de prerrogativas. A saber: 1)
Asumimos sin complejos que la verdad es un camino que tiene muchas veredas. 2)
No pretendemos ser ni una plataforma cívica ni reconductores de opiniones
políticas, sociales o culturales. 3)
Tomando a Sevilla como verdadero epicentro de nuestros sentimientos, solo
tratamos de transmitir emociones o provocar un punto de reflexión en quienes
amablemente nos leen. 4) Somos conscientes de ser insustanciales por así
determinarlo una sociedad que se basa actualmente en la insustancialidad, y 5)
Bajo ningún concepto caeremos en el exabrupto ni en descalificaciones
personales. Conocemos de primera mano
que existe un número determinado de personas que nos siguen y que consideran
interesante cuanto aquí queda plasmado. Por ellos, y con ellos, cobran sentido
los “Toma de Horas”. Al día de la fecha tenemos registradas 120.000 visitas y
las “Entradas” colgadas son 797. La media de “Visitas” diarias ronda las 140. Para
muchos estas cifras blogueras pueden resultar irrelevantes; para nosotros
representa un estimulo para continuar. Insistimos: calidad, siempre la calidad,
en detrimento de cantidad. Hemos escrito de Personajes y de Personajillos. De Pasado
y de Presente. De Política y de Flamenco. De Toros y de Fútbol. De Semana Santa
y de Cine. De lo Humano y lo Divino.
Pero eso si, siempre, absolutamente siempre, con Sevilla en el corazón y la
cabeza. Desgraciadamente en no pocas ocasiones hemos tenido que dar testimonio
luctuoso de personas que mucho han significado en nuestras vidas sentimentales
o culturales (con mi madre a la cabeza).
También noticias gozosas que nos han encumbrado a la cima de la
felicidad (nacimiento de nietos o estabilidad laboral). Estamos todavía dispuestos a continuar un
ratillo por aquí. Todo en la vida funciona por ciclos y los Toma de Horas no
serán una excepción. Un día desaparecerán como si se tratara de algo que nunca
existió. Sinceramente es algo que
tenemos asumido. No nos importa ni pretendemos revestirnos del ropaje de la
impostura y la falsa alabanza. En una
sociedad –la sevillana- tan propensa a los falsos pavos reales nos conformamos
con ser un par de modestos gorrioncillos (nunca pájaros de mal agüero).
Cantamos a las luces de la vida esquivando sus inevitables sombras y
denunciando cuanto consideramos denunciable. Nos duele Sevilla porque solo
produce dolor aquello que se ama de verdad. Recurramos una vez más a manifestarnos en
clave machadiana: “Todo pasa y todo queda
/ pero lo nuestro es pasar / pasar haciendo caminos / caminos sobre el mar /
nunca perseguí la gloria / ni dejar en la memoria / de los hombres mi canción”
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