domingo, 8 de diciembre de 2013

Los residuos del Zoidazo





Ya hemos sobrepasado de largo los dos años desde que se produjo en Sevilla el desembarco del llamado “Zoidazo”. Juan Ignacio Zoido llegó a la Alcaldía sevillana después de conseguir una abrumadora mayoría en las Elecciones Municipales. Su victoria electoral tuvo dos elementos complementarios. De una parte la gestión cargada de despropósitos de la terna Monteseirín-Torrijos que cubrió, con mucha más pena que gloria, la anterior etapa municipal. Todo un cúmulo de errores y dispendios que ha propiciado la falta de liquidez del Ayuntamiento (la Ciudad) para unos cuantos años. Después estaba el excelente trabajo que realizó Juan Ignacio Zoido desde la Oposición en los Barrios (y sobre todo en las Barridas más periféricas). Muchos sevillanos entendieron que el perfil que dimanaba de la figura política y personal del Zoido era lo que Sevilla necesitaba. Consiguió incluso muchos votos de ciudadanos que nunca antes habían votado al PP en la Ciudad.  Pues bien, nuestro gozo en un pozo. El balance político, económico, social y cultural del “Zoidazo” en estos dos primeros años es un claro canto al pesimismo.  Se dieron en estos dos años de mandato municipal una serie de factores que en modo alguno justifican el grado de abandono a que está sometida la Ciudad.  Bien cierto es que se encontraron con unas arcas municipales donde tan solo había facturas pendientes de pago (incluso hasta en pesetas).  Pero esto ya lo sabían de antemano (lo de la “mano” me ha salido sin querer). Después al señor Zoido lo nombraron  Presidente del PP de Andalucía y tuvo que dividir su tiempo en ambas funciones: Alcalde y Presidente de un Partido (que nunca gobierna en Andalucía).  Sevilla necesitaba –y necesita- un Alcalde a tiempo total y rodeado de un Equipo que sea algo más que meras comparsas.  Parece ser que el señor Zoido está variando el rumbo de su ruta política y eso creo que es una buena noticia para la Ciudad. Curiosamente la “tinaja” de su crédito político todavía no está completamente vacía. Tiene tiempo todavía de enmendar una función pública donde han prevalecido las “fotos” (gestos) sobre los “carretes” (hechos). Sevilla tiene muchas asignaturas pendientes y eternizarla en el tiempo es como dejarla morir de manera irremisible. La Oposición municipal,  en la figura de Juan Espadas, cuenta con un referente político de excelente factura. Tiene un buen Equipo y no sería desdeñable que en un futuro ocupara el sillón de la Alcaldía sevillana.  Ha estado oscurecido por la alargada sombra de Sánchez-Monteseirín y desprenderse de la misma no le ha resultado una tarea fácil. Parecer ser que empieza a sacudirse tan nefasta herencia política. Lo cierto, y es algo que nos puede invitar al optimismo, es que en Sevilla con Zoido y Espadas hay partido por jugar. La Ciudad está desnortada, sucia, mal gestionada, con Barriadas periféricas abandonadas y pendiente de proyectos sencillos pero ilusionantes que la saquen de la atonía.  El tiempo se agota y, lo peor, es que nosotros nos agotamos con él.  ¿Tendrá todavía algún recorrido político el “Zoidazo”?  En unos meses saldremos de duda.  Agarrarse que vienen curvas.

Nota sentimental: Felicidades a todas las Conchas y Conchitas, en mi familia había tres y, afortunadamente, me queda mi prima Conchita.

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