Rebosa la leche en el cacharro y cae poco a poco apagando la candela
con su nata blanca y densa. “Mi mare me lo decía / dale una miraita a la
leche / y yo ni caso le hacía”. Lentamente
la tarde se va escapando por entre los
jirones del toldo de la azotea. “El
pretil de mi azotea / tiene verdes jaramagos / cordel que revoletea / con
amores de mal pago”. Mi gata tiene sueño y siempre dormita con un ojo
abierto por lo que pueda pasarle. “Tiene
mi gata un lunar / sombreao por la luna
/ bigotes de militar / y aires de dama gatuna”. Mi abuelo habla solo o quizás esté ya
hablando prematuramente con Dios. “Soliloquio de mi abuelo / charla solo ante
el espejo / platica del desconsuelo / de saberse torpe y viejo”. La he
visto pasar por debajo de mi ventana y mirándome de reojo se me ha ruborizado. “Pasas como cada tarde / por debajo mi balcón / y el
corazón ya me arde / por un beso de pasión”. Mi padre clava puntillas sobre
un tablón que a ni a moverse se atreve.
“Tablita si te estás quieta / te
daré los puntillazos / con puntillas de a peseta”. Por entre los vericuetos
de los patios adornados con latas floreadas de carne membrillo huele a café de
pucherete. “Trae el viento un soniquete /
que es estigma de la hambruna / los café
de pucherete / y el sabor a media luna”. En la radio alguien le dedica una canción de
Antonio Molina a su amada que quiere dejar de serlo cuanto antes. “Te
dedica esta canción / preñada de pena y llanto / este pobre corazón / harto de
pasar quebranto”. Mi hermano me
pregunta si puede ponerse mi camisa con ella ya puesta. “Camisita de colores / con
telita de acetato / mi hermano se va de amores / donde te pillo te mato”. Toca ya ir a por el carbón antes de que me
cierre la carbonería. “Con la carita tizná
/ que guapa estás carbonera / te hizo el cisco un antifaz / para verme
cuando quiera”. Rebosa la leche por
entre el anafe de la cocina y la vida se desborda entre delantales ribeteados y
serruchos de carpinteros.
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