“Un guitarrista, un músico puede
ampliar su conocimiento y
sensibilidad nutriéndose
culturalmente. Quienes por sentirse
más flamencos dan la espalda a
estos haberes, muestran con
este comportamiento una triste
realidad”
- Manolo Sanlúcar -
El Flamenco tiene sus raíces ancladas en dos elementos fundamentales:
tierra y pueblo. Andalucía se nos
aparece como la madre redentora que pare y amamanta el Arte Jondo. Después de titánicos esfuerzos hoy está
considerada como la música de raíz más importante del Universo. Una persona
fundamental en este reconocimiento es el sanluqueño Manolo Sanlúcar. Un músico
andaluz que se nos representa absolutamente excepcional y al que el Flamenco –y
Andalucía- siempre le deben estar eternamente agradecido. Nació este genial
guitarrista en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) un 24 de noviembre de 1943. Siendo
un niño fue su padre Isidro Muñoz, un panadero de Sanlúcar, quien primero le
puso una guitarra entre las manos. Ya no la soltaría ni creo que la suelte
mientras le quede un soplo de vida andaluza. Con tan solo catorce años de edad
ya iba en la Compañía
del gran Pepe Marchena siendo su madrina artística nada menos que la genial
“Niña de los Peines”. Su encuentro -siendo muy jóvenes- en Madrid con Enrique
Morente fue enormemente productivo y propició una serie de grandes recitales. A
destacar cuando en 1972 Manolo Sanlúcar da un concierto como solista en el
Ateneo madrileño produciéndose su definitiva consagración como concertista de
guitarra flamenca. La obra discográfica de Manolo Sanlúcar es antológica y su
“Tauromagia” (1988) está considerado el mejor disco de guitarra flamenca de
todos los tiempos. La vida y la obra de
Manolo Sanlúcar son inmensas como para intentar resumirlas en estas breves
líneas. Luchador tenaz para incorporar la música flamenca a los Conservatorios
y gran compositor de sonidos flamencos
en su gozosa incorporación a las Orquestas Sinfónicas. Hace ya algún
tiempo que decidió dejar definitivamente los escenarios y recluirse en su
tierra sanluqueña para componer e impartir su magisterio flamenco. Manolo
Sanlúcar tiene el mayor y mejor titulo posible: ser considerado un andaluz
universal. Su música flamenca nos redime a los andaluces ante tanta ignominia histórica y nos libera del yugo de la Andalucía tribal y
caciquil. Manolo Sanlúcar, por derecho
propio, ya forma parte de la
Historia de Andalucía. Su legado cultural y humano se nos
antoja hoy absolutamente imprescindible para las nuevas generaciones de
artistas, estudiosos y aficionados flamencos. Hoy, 24 de noviembre del 2014, cumple setenta
y un años de edad. ¡Larga vida Maestro!
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