“Me tienen señalaito
que soy pieza de mal paño
a los hombres no se marcan
como ovejas de rebaño”.
El pasado martes José Menese, este cantaor de leyenda nacido en la Puebla de Cazalla y, sin
ningún género de dudas, el discípulo más aventajado del Maestro de los Alcores,
Antonio Mairena, nos ofreció un recital en el Teatro Central sevillano. Le
acompañó la sabia y flamenquísima guitarra de Antonio Carrión. ¡Como le cubre
con su sonanta las carencias propias de la edad a un ya mermado José Menese!
Asumo íntegramente la crítica que mi colega de sentires flamencos Manolo
Bohórquez le hacia en “El Correo de Andalucía”. La titulaba “Un hombre
derrotado” y eso, con dolor profundo de mi corazón, fue lo que yo vi encima del
escenario. Fui a verlo animado por un amigo que bien sabe que siempre he tenido
al cantaor morisco en el epicentro de mis emociones flamencas. El binomio que
formó su cante con la poesía de Francisco Moreno Galván encumbró al Arte Jondo
a una de sus cotas de mayor grandeza y verdad. Díganme si alguien conoce una
mejor manera de expresar el desconsuelo de los humanos por Soleá: “Me siento más desgracio / que aquel que se ve
en la calle / como perro apaleao”. José Menese es un sacerdote de lo jondo
que ritualiza el cante librándolo del lastre de lo liviano y dotándolo de una
profundidad que araña las paredes del alma.
Hace ya bastante tiempo que no salía de noche y tuve que volverme a mi
“cueva” ayudándome de un GPS. Traía una sensación agridulce: comprobar que
quien tuvo retuvo y que los años no perdonan a nadie. Ni para quien canta ni
para quien escucha cantar. Menese me emocionó hasta conseguir con su cante que
me volviera ese nudo en la garganta que ya tenía casi olvidado en el baúl de
los recuerdos. Llegué a mi casa y me puse en el ordenador a escuchar a José
Menese hasta las tres de la mañana (ventajas de los que ya no tenemos que
madrugar). A pesar de que tan solo traía
tres cervezas en el cuerpo reconozco sin ambages que las lágrimas me brotaron
solas. La derrota sentimental me llegó cuando Menese cantaba una letra por
Soleá que dice: “Soy más firme que las
cuatro columnas de la Alamea
/ los Hércules y los leones / y el jierro que la rodea”. José Menese, por siempre José Menese.
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