lunes, 6 de abril de 2015

Predicar y dar trigo





Con el Papa Francisco, a los creyentes comprometidos, nos ha llegado la hora de sentirnos participes de un mensaje evangélico que llama a las cosas por su nombre. Este argentino que se declara hincha del San Lorenzo de Almagro ha traído a la Iglesia un aire fresco y renovado que solo se consigue abriendo las ventanas de par en par. Ha intervenido de manera rotunda en la denuncia de los casos de pederastia que tan canallescamente se han producido en el seno de la Iglesia.  Bien es verdad que un miserable pederasta se puede dar en cualquier ámbito de la Sociedad. Aquí lo grave es la manera tan perversa como algunas altas instancias de la Iglesia los han protegidos y encubiertos. El Papa Francisco ha dicho en este espinoso tema: “Hasta aquí hemos llegado y desde ahora tolerancia cero”. En el terreno político fue un mediador fundamental entre EEUU y Cuba para que ambos países reanudasen relaciones.  El embargo que ha sufrido el pueblo cubano durante más de medio siglo era, aparte de tremendamente injusto, una auténtica barbaridad. Ahora las cosas, poco a poco, se podrán ir normalizando y es más que previsible que el férreo sistema político cubano se vaya abriendo hacia una verdadera Democracia. Los andaluces tenemos muchas cosas en común con los cubanos y los cubanos también las tienen con nosotros. Una tierra con playas paradisíacas; los médicos mejor formados del mundo; mujeres tan hermosas; grandes músicos; excelentes puros y el mejor ron del mundo no puede ni debe ser bloqueada por nada ni por nadie. Pero ahí estaba el Papa Francisco para mediar entre ambas partes. ¿No era eso y no las cuentas financieras del Vaticano lo que nos predicó el Mesías?  Bien cierto es que los sectores más reaccionarios de la Iglesia estarán deseando que el “Argentino” se vaya. Su mensaje cala en la gente y él sabe que teclas del piano de la vida tiene que tocar. El mundo está como está no por culpa de Dios sino por la usura y la avaricia de algunos hombres (mujeres en verdad afortunadamente hay menos). El Papa Francisco ha llegado para quedarse y traernos ilusiones renovadas a muchos creyentes que cada día se plantean –nos planteamos- si merece la pena seguir siéndolo. No era tan difícil, se trataba en definitiva de predicar y dar trigo.


Juan Luis Franco – Lunes Día 6 de Abril del 2015

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