Don Emilio Lledó

“El Alzheimer colectivo es todavía mucho peor que

el Alzheimer individual, y un país sometido a la

falsificación de lo colectivo es un país condenado”

- Emilio Lledó –

La mayoría de las veces que personalizamos los Toma de Horas lo hacemos para hacernos eco de alguna noticia lastimosa. Bajas definitivas en la batalla de la vida y que mucho representaron para nosotros. Hoy, afortunadamente, lo hacemos para congratularnos de una excelente noticia como es la concesión del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades a don Emilio Lledó.  Los miembros del Jurado en su acta lo definen de una manera absolutamente certera: “Pensador de relevancia internacional y de una trayectoria ejemplar en el ámbito de las humanidades”.  Este filósofo sevillano nacido en Sevilla un 5 de noviembre de 1927    suele reivindicar de manera permanente su ascendencia trianera versión calle Procurador. En cualquier entrevista siempre ha defendido los tres pilares donde debía asentarse la condición humana: la Lectura (su biblioteca privada es de las más interesantes de España); la Felicidad (ser feliz es la meta más noble a la que aspiramos los humanos) y la Libertad (sin ella todo carece de sentido).  Los libros, como fieles e insobornables amigos,  siempre le han acompañado durante toda su vida.  Brillante escritor, lucido conferenciante y un profesor comprometido con la verdad e importancia que dimana de una buena educación (cuando cambiaba de Universidad algunos de sus alumnos pedían también el traslado para poder estar con él). Don Emilio ha atracado su barca pletórica de sabiduría en muchos puertos y en todos ha dejado una huella indeleble.  Salteras, de donde eran sus padres y a la que siempre se sintió muy vinculado, tiene una calle rotulada a su nombre e igualmente también lo lleva la Biblioteca Municipal.  ¿Y en Sevilla?  Bueno aquí de momento nada todavía. Ahora con el fragor de las Elecciones y el oportunismo político del Premio Princesa de Asturias nuestros políticos se pegarán codazos para homenajearlo.  En fin, para que insistir, lo de siempre.

Juan Luis Franco – Jueves Día 21 de Mayo del 2015