domingo, 10 de mayo de 2015

Rafael Riqueni




Rafael Riqueni es un guitarrista flamenco trianero verdaderamente excepcional. Su toque acomoda armoniosamente el gozo de los sentidos con la verdad de los sentimientos. Suena este trianero como nadie o, para un mejor decir, suena como Rafael Riqueni. Su precocidad en el toque flamenco empieza cuando de niño se juramentó unir su destino al de una guitarra flamenca. Su discurso flamenco está lleno de sutileza y, a la par, de rotundas verdades interpretativas. La primera vez que en un escenario (creo recordar que fue en el Maestranza) interpretó el tema “Amarguras” de Font de Anta todo tuvo un antes y un después.  La Sevilla que sabe sentir quedó rendida incondicionalmente a los sones de su mágica guitarra. Su escuela nace (¿de donde podía ser?) del acorde del “Niño Ricardo” tamizado y proyectado posteriormente por el soniquete del gran Manolo Sanlúcar y, como no, por el Paco de todos los Pacos.  Unos problemas de salud hicieron caer en el ostracismo al inconmensurable guitarrista y, lo que era peor, al Rafael Riqueni hombre y ser humano.  Afortunadamente ha vuelto renacido para quedarse entre nosotros para siempre. La Esperanza morena y marinera de la calle Pureza ha propiciado que de nuevo nos deleitemos con los sonidos de su guitarra y, lo verdaderamente importante, nos congratulemos de tenerlo de nuevo entre nosotros. Su último trabajo (“Parque de María Luisa”) es un maravilloso piropo musical a la Ciudad que lo vio nacer, crecer y consolidarse como uno de los más grandes de la guitarra flamenca. Pude verlo y, sobre todo, escucharlo este pasado jueves en el Salón Cajasol y quedé verdaderamente deslumbrado.  Posiblemente, siendo ya muchas las disfrutadas, ha sido una de las veces que más me ha emocionado el concierto de un guitarrista. Pura armonía y pura flamenquería donde todo queda perfectamente encuadrado para el goce de los pentagramas del alma. El genio trianero ha vuelto y con él su inigualable sonanta. Toca como nunca y su música ya tiene el aroma de las cosas que, por su belleza, nunca se nos irán del todo. La guitarra sevillana ya tiene su trono recuperado y se llama Rafael Riqueni.  ¡Mucha suerte Maestro!


Juan Luis Franco –  Domingo Día 10 de Mayo del 2015

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