lunes, 14 de marzo de 2016

Tiempo sin tiempo





No son pocos los momentos de cada día en que uno tiene la sensación de estar viviendo en una época donde ya te sientes algo extraño.  Tratas de adaptarte a los nuevos tiempos y estos te dicen que a ciertas edades el pasado siempre va a estar omnipresente. Lees en la prensa que en Málaga un coche ha atropellado a un anciano de sesenta y cinco años de edad causándole la muerte y eso te da que pensar. Ese anciano (al que Dios tenga en su gloria) tenía cinco años menos que yo. Por tanto por mucho que intenté camuflarme en un presente con poco futuro ya me consideran una persona mayor. Eso si, de manera permanente me redimo y actualizo mi mundo de emociones y sensaciones a través del Arte y la Cultura.  Los nuevos novelistas que suelo leer; los nuevos cineastas que veo o los jóvenes músicos que escucho consiguen convencerme de que todavía nada está irremediablemente perdido.  Mis nietos se me configuran como el primer bastión de mis sentimientos más nobles. Me interesa y me intereso por todo cuanto ocurre a mí alrededor y busco exprimir en positivo cada día como si fuera el último de mi existencia.  Los años me han hecho comprender que todo en la vida es relativo y que cada persona es un mundo sin explorar de manera definitiva.   La cierto es que la experiencia me ha demostrado –y me demuestra cada día- que existen viejos de treinta años de edad y jóvenes que ya han sobrepasado los ochenta años de existencia. Son en definitiva las inquietudes por desarrollar y las emociones por sentir lo que siempre le dan sentido a la existencia humana. El tiempo sin tiempo que, en no pocas ocasiones, hace viejo a lo nuevo y nuevo a lo viejo.  La vida en definitiva.

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 14 de Marzo del 2016

 

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