lunes, 11 de abril de 2016

El libre albedrío





“Que la raza está en pie y el brazo listo,

que va en el barco el capitán Cervantes,

y arriba flota el pabellón de Cristo”.

- Rubén Darío –

 

Que duda cabe que vivimos tiempos convulsos y donde casi siempre priman los continentes sobre los contenidos.  De manera ilusoria pretendemos tener opiniones  concretas sobre todas las cosas que nos rodean.  Hoy son tantas las fuentes donde adquirir información que en no pocas ocasiones caemos en el aturdimiento y la desidia. Internet se nos presenta como una herramienta valiosísima pero no sería bueno que propicie que dejemos libros a medio leer y periódicos (de los que te llenan los dedos de tinta) inertes y durmiendo su virginidad a través del sueño eterno del olvido. Algunos de los que ya laboralmente no estamos en activo cubrimos los días con paseos matinales; algunas horas de televisión; otras sentados frente al ordenador y, en menor medida, cubriendo nuestra noble tarea de lectores.  Nunca como en la actualidad han existido más formas de informarse y, en contrapartida, tampoco mayores dosis de manipulación. Los problemas personales-familiares de cada persona planean sobre sus cabezas dejándole poco tiempo para el mayor legado que Dios proporciona: el libre albedrío. La paradoja es que quienes mandan en nuestras vidas y haciendas solo hablan de proyectos de futuro cuando ya, a duras penas, solo tenemos el presente.  Hoy padecemos lo que un amigo mío denomina… la mentira enmoquetada. Nos han robado hasta el libre albedrío. Por robar que no quede.

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 11 de Abril del 2016

 


 

 

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