miércoles, 25 de mayo de 2016

Rezaré




“Olvidarán mis días
Su abanico de humo
Y un ángel lo abrirá
Una noche ya mustio”

- Luis Cernuda -

Rezaré, rezaremos por los muertos y sobre todo por los vivos. Cuando ya ni los rezos logren salvarnos de los naufragios todo estará irremediablemente perdido. Somos los hijos del agobio y fue la incertidumbre quien alumbró nuestras noches de blanco satén. Nuestras abuelas nos enseñaron a rezar; nuestros padres a ser personas decentes; nuestros hermanos a fumar y nuestras novias a ser prudentes. Guardamos las estampas sobrantes de la primera comunión en las latas de carne membrillo y ya, definitivamente, nos olvidamos de rezar. Nuestras dolorosas, las vírgenes sevillanas, se nutrían de nuestros rezos y las dejamos solas con el eterno dolor de las madres. Buscamos adoquines en las montañas y flores silvestres en las anchas avenidas. Confundimos las voces con los ecos y, como la paloma de Alberti, el mar con el cielo. Ahora navegamos entre el miedo y la vergüenza de que nos escuchen susurrar un “Dios te salve María”.  Me lo decía mi abuelito, me lo decía mi papá, me lo dijeron muchas veces, y lo olvidaba muchas más”. Tenemos el pragmatismo colgado en el perchero de la entrada y ya no podemos usarlo ni en los días de zozobra. Rezaré, rezaremos por los muertos y sobre todo por los vivos.





Juan Luis Franco – Miércoles Día 25 de Mayo del 2016





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