Ellas son nuestras abuelas,
madres, tías, hermanas, esposas, hijas, amigas, amantes, vecinas o compañeras
de trabajo. Ellas son las mujeres que
le dan sentido emocional y vivencial a nuestras vidas. Ellas
están sufriendo en sus carnes una violencia asesina que dimana de unos
criminales inmisericordes que creen contra toda razón que sus vidas le
pertenecen. Ellas siguen sumando este
terrible cuenta-vidas que, lejos de terminarse, aumenta cada día. Ellas sufren en silencio un cortacircuito
existencial sufriendo y llorando su amargo dolor entre las cuatro paredes de
algo que ya no merece llamarse hogar. Ellas
ven con tremendo dolor como sus hijos son también victimas de estos “machos” de pelo en pecho. Ellas necesitan con urgencia salvavidas
que eviten los minutos de silencio en las puertas de los Ayuntamientos. Ellas y
nosotros; nosotros y Ellas como
referentes de gozos compartidos y penas solidariamente sobrellevadas. Ellas, hoy más que nunca, necesitan todo
el apoyo que podamos ofrecerles. Ellas
viven instaladas en el desosiego de verse atrapadas en las telas de araña de
sus asesinos. Ellas, no lo olvidemos,
son nuestras abuelas, madres, tías, hermanas, esposas, hijas, amigas, amantes,
vecinas o compañeras de trabajo. Ellas,
nuestras mujeres, son hoy una de las causas por las que invocar al “Séptimo de Caballería”. Ellas......
Juan Luis Franco – Martes Día 20 de Diciembre del 2016
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