Ayer, 1 de diciembre del 2016,
cumplió Curro Romero 83 años de edad. Nació, para la vida y el Arte, en la localidad
sevillana de Camas un primero de diciembre de 1933. Una leyenda viva del Toreo y, sin lugar a dudas, uno de los
máximos referentes artísticos de esta Ciudad. En Sevilla
cuando se nombra al Señor todo el
mundo sabe que nos estamos refiriendo al que mora y recibe en el Barrio de San Lorenzo. Si decimos Curro pocas dudas existen de que
hablamos de don Francisco Romero López (Curro
Romero para la gloria eterna de la tauromaquia). Empezó su andadura como novillero un 22 de agosto de 1954 en la pequeña Plaza de Toros de la Pañoleta
(toreando junto a Limeño) y cerró su
vida de genio del Toreo un 22 de
octubre del 2000 en un Festival benéfico
celebrado en la Plaza de Toros de La Algaba. Tenía 66 años y 42 de actividad torera. ¡Cualquier cosa! Curro Romero es uno de los ejemplos más
preclaros que conozco de absoluta fidelidad a sus raíces populares y de cómo la
fama no ha conseguido despegarlo ni un centímetro de lo que entendemos, sin
conservantes ni colorantes, por Cultura
Popular. Bético confeso y gran
amante del Flamenco (son legión los
artistas flamencos que se han honrado –y se honran- con su amistad). Con Curro
el Toreo alcanza su cota más altas de
plasticidad. Un toreo que cuando brotaba
en el ruedo era un manantial de duende y arte. Curro no es un torero de Sevilla:
es el Torero de Sevilla (afirmar esto en la tierra de Pepe Luis Vázquez, Paco Camino. Chicuelo o Manolo González no es
cuestión baladí). Pero Curro es mucho Curro. En sus pocas apariciones
en público lo vemos feliz y sobrellevando la edad con el mismo garbo que hacía
los paseíllos maestrantes. Lo cantaba Camarón por Bulerías….”Curro Romero, Curro Romero tu eres la
esencia de los toreros”. Un Faraón sin pirámides pero con Giralda, Maestranza y Torre del Oro. Faraón de los sueños sevillanos.
Juan Luis Franco – Viernes Día 2 de Diciembre del 2016
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