Nos movemos en una Sociedad
donde a pesar de que teóricamente damos prioridad a lo colectivo y/o
corporativo en la practica prima el individualismo más feroz. Los consabidos soniquetes de… Mi casa, mi coche, mi trabajo, mis niños
y, en definitiva, mis problemas son
tan recurrentes como cotidianos. Es una
táctica (tan antigua como eficaz) programada desde las esferas del Poder para que los ciudadanos no
corporativicen sus problemas. Todos los colectivos (con los Partidos políticos a la cabeza) están
manejados por un pequeño y determinado núcleo de individuos que aúnan criterios
y voluntades para actuar en nombre de la mayoría. Es la “Teoría
del Delegado” que recoge el sentir
del colectivo para luego someterlo a una oportuna e interesada filtración.
Hablar siempre en nombre del pueblo pero sin contar nunca con el pueblo. ¿En
serio cree un militante de base del PP,
PSOE o PODEMOS que interactúan
directamente en las políticas de sus formaciones? ¿Cree seriamente un hermano
de cualquier Corporación religiosa
que su Junta de Gobierno recoge siempre la opinión mayoritaria de los hermanos?
¿Piensa un socio del Betis o del Sevilla que se les va a consultar donde
y como gastar los dineros (los suyos) de la Entidad ? Hace tiempo que se crearon una serie de
subterfugios con la clara finalidad de transformar los sentimientos colectivos
en quejas individualizadas. Tenemos Defensores
del Pueblo hasta en los medios audiovisuales pero ¿seguimos al día de hoy
teniendo pueblo? Lo que les interesa es
separar a los individuos de la colectividad y en esos menesteres “nuestros” Sindicatos han prestado a la Administración
un gran servicio. Quieren que seamos “Hombres
de paja” votando, votando y votando para hacernos creer que nuestras vidas
nos pertenecen. Como pasó siempre las
mujeres -benditas mujeres- son las únicas que mantienen un equilibrio entre lo
individual y lo colectivo. Nosotros,
mientras, a lo nuestro.
Juan Luis Franco – Lunes Día 23 de Enero del 2017
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