miércoles, 1 de febrero de 2017

Silenciosos por un día



Cada día los ruidosos encuentran más motivos para explayarse y los silenciosos más motivos para protestar. Siempre encuentran los primeros nuevos artilugios para que la fiesta de los decibelios no pare. Vivir en paz con uno mismo lleva aparejado un cierto clima de sosiego para ejercitar la necesaria reflexión. No hay manera. Un amigo de sentires sevillanos y filosóficos cree firmemente que se debía regular por ley en Sevilla el necesario tema del silencio. El propone aplicar por decreto turnos de silencio acorde con la primera letra del apellido. Por ejemplo: los apellidos que vayan de de la A a la G guardarán silencio los lunes de cada semana. Los que coincidan de la H a la M deberían permanecer callados los martes. Los que van de la N a la R no hablarán los miércoles y los concernientes entre la S y la Z permanecerán silenciosos los jueves. Viernes, sábados y domingos solo se podrán emitir ruidos estentóreos desde las 9 a las 14 horas. Los tiempos de silencio solo podrán ser alterados por cuestiones laborales, profesionales o estudiantiles. También para hablarse lo estrictamente imprescindible con madres, esposas, hijos y nietos (cuñados abstenerse) o, evidentemente, cuando perentorias necesidades personales/familiares así lo requieran. Los turnos serán rotatorios y así poder guardar silencio en distintos días de la semana. Durante el turno de silencio los coches de los interfectos permanecerán estacionados y las hogareñas cajas de herramientas (con trompos incluidos) serán depositadas en un almacén municipal habilitado a tales efectos. Las operadoras/es de telefonía móvil que rompan el silencio en plena “cabezada” serán sancionadas con la audición (no menor de 300 veces) del “In the ghetto” en la versión del “Príncipe Gitano”. Los que se equivoquen al marcar el piso en los porterillos electrónicos tendrán que escribir cien veces “me pondré las gafas del cerca antes de pulsar el botón”. Todo sea por conseguir un poco de paz y silencio en esta convulsa y ruidosa Ciudad.   Silenciosos por un día que menos da un decibelio.


Juan Luis Franco – Miércoles Día 1 de Febrero del 2017


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