lunes, 3 de abril de 2017

Imitación a la vida




Que la realidad supera a la ficción no es tan solo un axioma existencial que pocas veces falla sino algo más que palpable.  El Cine nos ofrece personajes inolvidables que siempre mantendremos unidos a nuestra Cultura sentimental.  Pero cuando luego nos preocupamos en indagar sobre las personas que hay detrás de esos personajes nos solemos llevar grandes sorpresas (no pocas de ellas desagradables).  Hace unos días leía algunas peculiaridades sobre la atormentada vida de la actriz norteamericana Sandra Dee.  Esta mujer fue muy famosa en el Cine de los años sesenta y representaba siempre a una adolescente algo bobalicona, sana, ingenua y siempre proclive a ver el lado bueno de la vida.  Una rubia angelical incapaz de mentir, fumar, beber, tener sexo (antes del matrimonio) y con una vestimenta rosa (en el fondo y en la forma).  Representaba a la hija perfecta y a la hermana o amiga a la que siempre se le podía confiar un secreto.  Pues bien la vida personal de Sandra Dee era justamente todo lo contrario.  Sus padres se separaron cuando ella tenía 5 años. Su madre volvió a casarse de segunda y su padrastro la estuvo violando sistemáticamente desde los 8 a los 12 años de edad.  Siempre padeció de anorexia, graves depresiones y una clara tendencia al alcoholismo. En 1960 se casó con el cantante/actor Bobby Darin. Tuvieron un hijo y se divorciaron en 1967. Sandra Dee falleció un 20 de febrero del 2005 (tenía 62 años de edad) como consecuencia de una grave neumonía con posteriores complicaciones renales. En la película “Grease” hay una escena de adolescentes en una habitación donde la canción gira en torno a la figura cinematográfica algo ñoña de Sandra Dee. El Cine y la vida; la vida y el Cine.  Todo misterioso y todo siempre con segundas lecturas.

 

 

Juan Luis Franco – Lunes Día 3 de Abril del 2017

 

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