martes, 23 de mayo de 2017

Volver, volver, volver......



Existen días en nuestras vidas que se nos presentan insípidos y carentes de acontecimientos dignos de ser tenidos en cuenta. Otros, sin embargo, vienen cargados de noticias que a la postre serán carne (con tomate) de tertulias en bares y centros de trabajo (para los que afortunadamente lo conserven todavía).  Este pasado domingo fue uno de esos días donde lo noticiable se adentró de sopetón en nuestra manera de pensar y sentir.  En lo político se celebraron las Primarias para ocupar la Secretaría General del PSOE. Como socialdemócrata converso y confeso (aunque sin militancia activa ni carnet de ningún partido a lo largo y ancho de toda mi vida) no podía dejar de interesarme por el desenlace de este proceso socialista donde, entre los tres candidatos, solo tenían posibilidades reales dos de ellos. Para muchos con los que estos días he tenido ocasión de cambiar impresiones estas dos opciones se debatían entre lo malo y lo peor. Sinceramente poco o nada me interesan los/as políticos/as “de laboratorio” que hacen de la política su única profesión y del –su- “Partido” una herramienta para lograr sus ¿legitimas? ambiciones personales. Tampoco los “aventureros” que cambian de opinión de la noche a la mañana y se dejan cortejar poniendo a la socialdemocracia española en las interesadas redes del “populismo”. Me lo decía mi añorado y recordado  abuelo Félix...”Niño, cuídate de las malas compañías que más vale solo que mal acompañao”. Los militantes socialistas han hablado de una manera absolutamente libre y democrática (excelente lección de libertad individual) y han elegido como Secretario General a quien ellos creen que mejor puede representar los intereses del socialismo español en horas tan extremadamente complicadas. La otra candidata a pesar de contar con el total beneplácito y apoyo de la “vieja guardia” (más vieja por obsoleta que guardia de saber guardar las esencias) y de una actuación, teñida de favoritismo por parte de la... (bueno, vosotros mismos), ha perdido clamorosamente. Su actuación en la noche de su descalabro fue absolutamente lamentable. Les habló a los allí congregados rodeada de no menos de catorce personas (un telón de fondo para corporativizar la derrota) y fue incapaz no solo de felicitar al ganador sino siquiera de citar su nombre (cosa, que en un gesto que le honra, si hizo Patxi López). Tengo la impresión de que estas dosis de soberbia política poco, o nada, van a ayudar para restañar las heridas abiertas en el Partido Socialista.  Pero, ¿y Andalucía? ¿Por qué en todos los frentes abiertos en este país siempre le toca “quedarse con los muertos” y retirar la  que no les sirve a los demás?  En fin, este domingo también pasaron otras cosas dignas de resaltarse.  El Madrid ganó la Liga (creo que es la treinta y tres).  Sampaoli se ha ido a su Argentina natal cantando el tango de Gardel....”Volver, volver, con la frente marchita” (no se olvide que ha dejado 72 puntos en el saco)  y, en lo personal,  ya dispongo de tres Lorenzo. Primero el de la Plaza donde reside Quien todo lo puede. Después, “uno de los nuestros” que nos ha llegado desde Mallorca para intentar arreglar el desastre verdiblanco y el otro es uno que llegará cuando, en agosto, las calores lleguen a su apogeo y un servidor cumpla 71 tacos.  Volver, lo que se dice volver, todos y todas terminan volviendo.


Juan Luis Franco – Martes Día 23 de Mayo de 2017


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