El día 1 y 2 de Noviembre son días especiales, muy especiales, en la Ciudad de Sevilla. Ayer celebramos (caso de que en las circunstancias actuales podamos celebrar algo) el Día de Todos los Santos y hoy lo hacemos con el Día de los Fieles Difuntos. Posiblemente, con la excepción de Sicilia, sea Sevilla donde mejor se entierra a su gente. Estos días sevillanos (Santos y Difuntos) tienen su epicentro natural en el Barrio de Santa Cruz y en un personaje anacrónico pero profundamente sevillano como Don Juan Tenorio. Ligando estos dos días podemos decir que no todos los difuntos son Santos pero que todos los Santos si son difuntos. Cuando perdemos a un ser querido notamos como se debilita nuestro armazón sentimental a la par que se refuerza nuestra memoria más sensible. Mientras los recordemos con cariño y agradecimiento siempre permanecerán vivos en nuestros corazones. Los recuerdos, los bellos recuerdos, como antídoto contra el desconsuelo. Alguien escribió que cuando fallece la última persona que te tuvo afecto en vida es cuando la muerte (salvando el paréntesis eterno de la Fe) ya será definitiva. Hoy es el Día de los Difuntos y ayer lo fue de Todos los Santos. Sevilla los unió con la atadura de los más nobles sentimientos.
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