Se fue (mejor lo botaron) Donald Trump pero, en el mundo, se queda el trumpismo (tan solo en EEUU 74 millones de seguidores lo contemplan). Un friki con ínfulas de estadista compara el exilio dorado del impresentable Puigdemont con el durísimo exilio de los republicanos españoles. Cosas veredes amigo Sancho. Todo pasa y todo queda. La Pandemia avanza imparable entre efluvios de mantecados, polvorones y villancicos navideños sin alma. Faltan vacunas y sobran pícaros que se cuelan en las colas y gestores incompetentes a más no poder. Todo pasa y todo queda. La vida permanece en estado de pausa y ya sólo parece moverse la hermosa tierra granadina. Estamos perimetrados, semiconfinados, desosegados y, a este paso, terminaremos siendo carne de psiquiatras. Los creyentes le rezan a Dios y los agnósticos le rezan a sus amigos creyentes para que estos, a su vez, le recen a Dios. Todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar. ¡Cuánta razón tenía usted don Antonio (Machado)!
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