jueves, 18 de marzo de 2021

Esos días azules


"Estos días azules y este sol de la infancia " (último verso escrito por Antonio Machado poco antes de morir)


La Cuaresma, esta rara y desangelada Cuaresma,  nos está regalando una serie de días azules que representan un estímulo vivencial para los viandantes mañaneros.  Estos luminosos amaneceres donde el cielo es un azulado manto protector que nos demuestra, de manera fehaciente,  que es verdad que Sevilla tiene un color especial.  Los días amanecen con un azul celeste para después, con el paso de las horas,  ir ganando en intensidad.  Más tarde, cuando la noche cubre con su manto la cornisa del Aljarafe, se diluye en un azul-añil que salpica de polvo de estrellas las veredas y olivares.  Cuando el anticiclón preserva a Sevilla de las lágrimas que vierte la lluvia nada hay comparable al color del cielo de esta tierra.  Cuatro son los colores donde Dios, en su paleta de colores, le dio forma al cielo de la Ciudad.  Blanco de la Pureza. Rojo de la Pasión.  Verde de la Esperanza.  Celeste por los Paraísos perdidos de la niñez.  Vivimos a salto de mata entre lo que pudo haber sido y no será.  Huérfanos de sonidos y vivencias pero no de colores y sensaciones. El cielo, este azulado cielo sevillano,  siempre nos acompañará en lo bueno y en lo malo.  Será un hermoso y permanente preludio de que la vida en la Ciudad se condensa en siete días y cuarenta noches. "Estos días azules y este sol de la infancia " con los que Antonio Machado le decía adiós a los mortales para entrar en el Olimpo de los poetas inmortales.

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