martes, 7 de diciembre de 2021

Pasear es un placer.....peligroso

Desde que terminé por jubilación con mis actividades laborales y profesionales dedico las mañanas a dar largos paseos. Lo hago por el entorno urbano donde transcurrieron mi infancia y juventud. Para entendernos por el Casco Antiguo de la Ciudad (a la postre el más extenso de Europa). Desde un tiempo a esta parte pasear por esta zona es un ejercicio andarín no exento de riesgo. Ciclistas que no se bajan de sus bicicletas ni en los ascensores de sus casas. Da igual que sean calles peatonales; pasos de cebra; aceras o semáforos en rojo. Están en continuo movimiento y eso, en una Sociedad que camina siempre de prisa y sin rumbo fijo, no debía extrañarnos. Para colmo de repente aparecen grupos de turistas en fila India y montados en bicicletas de alquiler. Parece que estuvieran buscando "El Dorado " sevillano. Luego están los "móvileros " compulsivos. Caminan con la cabeza gacha pendientes tan solo de su móvil y si no andamos listo nos pueden llevar por delante. Por si éramos pocos parieron los patinetes eléctricos. Van a toda pastilla sorteando a la gente en un peligroso zigzag que, en algunas ocasiones, termina con un transeúnte en un hospital. Pasear y leer eran las dos grandes aficiones de don Antonio Machado. Aficiones encomiables y fáciles de compartir con el Poeta del Palacio de las Dueñas. Pero en la actualidad si pretendemos hacer camino al andar debemos estar muy pendientes de lo que se nos puede venir encima.



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