Remedios Amaya

“Que es aquello que reluce en medio los Olivares son los ojos de mi Luis

que se parecen a los de mi pare” (Tangos) 

María Dolores Amaya Vega “Remedios Amaya” es una cantaora que, como ocurre con demasiada frecuencia en el Flamenco, no ha llegado a tener la consideración que su enorme caudal sonoro flamenco atesora. Esta gitana de soles y luna es puro compás y su discurso Jondo es de una belleza deslumbrante. Un día a algunos mercaderes de la “Música” se les ocurrió subirla a una barca y hacerla navegar descalza por un escenario europeo como si llegara de una Reserva India. Aquello, como era previsible, no funcionó. Se repuso de aquel descalabro y siguió dejándonos muestras indelebles de su gran categoría de cantaora de postín. Su cante por Tangos (junto con Antonia “La Negra”, Aurora Vargas  y Juana la del Revuelo) se nos representa de una belleza expresiva difícilmente alcanzable. Remedios Amaya canta desde las raíces de su raza para partirnos el alma entregados y rendidos a su causa de soniquetes inmortales. En los últimos años ha padecido serios problemas de salud que ha ido superando con una entereza admirable. Profunda admiradora del cante de Camarón (en algunos entornos flamencos se la conoce como “La Camarona “) tiene en el Genio de la Isla su mayor soporte en los conceptos del Cante Flamenco. Insisto, creo que no le han sido reconocido sus grandes méritos de gran cantaora e incluso desde Despeñaperros para arriba algunos la conocen despectivamente como “la de la barca”. Su discografía es demasiado escueta para lo que ella ha representado en el Flamenco. Tiene afortunadamente el cariño y la alta consideración de los buenos aficionados. Remedios Amaya canta al aire de la tarde y las hojas de los árboles del Aljarafe se dan su vueltecita por Bulerías.

Juan Diego

Cuando vives instalado en la atalaya de los muchos años vividos el carrusel de fallecimientos, sentidos e interiorizados, es un ir y no parar. Ayer lamentábamos la muerte del Cardenal Amigo y hoy nos llega la triste pérdida del actor Juan Diego. Un intérprete genial que dotaba a cada una de sus interpretaciones de un pulso narrativo insuperable. Genial, carismático y llevando a sus interpretaciones a la cima del Arte de interpretar. Tenía 79 años de edad y había nacido en Bormujos, localidad que siempre llevaba en el corazón. Un andaluz preclaro y luminoso con un indesmayable compromiso con la época que le tocó vivir y, en no pocas ocasiones, padecer. Por si solo su interpretación de señorito en  “Los Santos Inocentes” de Mario Camus; el de San Juan de la Cruz en “La Noche Oscura” de Carlos Saura o “El viaje a ninguna parte” de Fernando Fernán Gómez ya lo elevarían a la cima más alta de la interpretación. Reconozco sin ambages que Juan Diego era uno de mis actores contemporáneos favoritos. Se nos va el hombre pero queda su extraordinario legado artístico y su enorme compromiso con los derechos civiles y la defensa de los más desfavorecidos. Pocas veces han concurrido de manera tan clamorosa la ética y la estética en el deambular existencial de un ser humano. Se nos va Juan Diego y nuestras vidas ya no serán las mismas.

Fray Carlos Amigo Vallejo

 

Recién llegado de mi visita semanal por tierras trianeras me llega un mensaje al móvil donde mi colega Salva Gavira me da la noticia, tristísima noticia, del fallecimiento del Cardenal Amigo. Tenía 87 años de edad y a pesar de conocer su precario estado de salud la noticia no deja de sorprendernos. Este espigado, elegante, culto y carismático vallisoletano de Medina de Rioseco ejerció su larga y prolífica actividad pastoral durante 27 años en la Ciudad de Sevilla.  Nunca necesitó auxiliares para desarrollar su tarea que, a la postre, se no presenta de una magnitud extraordinaria. Durante su etapa al frente de la Iglesia sevillana gestionó la venta del Palacio de San Telmo que, al día de hoy, todavía resulta beneficiosa. Llevó la igualdad entre hombres y mujeres al seno de las hermandades y cofradías. Su balance de proyectos realizados son de tal magnitud que es imposible plasmarlos en estas breves líneas. Cuando arribó en nuestra Ciudad tardó algo de tiempo en comprender y asimilar las claves y coordenadas que rigen está Ciudad. Una vez instalado en la asimilación de las mismas fue un faro luminoso que marcó toda una época. Hombre culto, profundamente religioso, de trato cercano y siempre de mano tendida. Un franciscano que tenía reminiscencias de hombre del Renacimiento. Se nos va don Carlos hacia el paraíso de los hombres de bien con la satisfacción de los deberes cumplidos y el surco catedralicio  que le lleva de Sevilla al Cielo. Afortunadamente recibió en vida el afecto y la consideración que le tenía la Ciudad, su ya para siempre su Ciudad de Sevilla. Descanse en paz y gracias por tanto don Carlos. 

Juanita Reina

Doña Juana Reina Castrillo “Juanita Reina” representa por derecho propio cuanto de señorío y autenticidad representa la Copla Andaluza. No es casualidad que le fuera concedido el título popular (el más interesante de todos) de Reina de la Copla. En esta Sociedad, liquidacionista y que arranca profundas raíces sin sembrar otras nuevas, la Copla, el mágico y extraordinario mundo de la Copla, no interesa ni emociona. Las canciones y las películas de esta Gran Dama de la calle Parras están impregnadas en el corazón del pueblo sevillano. En general y salvo algunas dignas excepciones a las mujeres, grandes mujeres, de la Copla se les ha tratado por parte de políticos e intelectuales de manera ignominiosa. Se le has llamado despectivamente folclóricas y se les ha tachado injustamente de franquistas. Lo triste, lo verdaderamente triste, es que nuestras autoridades andaluzas nunca hicieron nada de especial relevancia para reivindicar su memoria (siempre con la gran excepción de José Rodríguez de la Borbolla). Nunca entendí que el Auditorio de Sevilla no lleve el nombre de Juanita Reina (sin desmerecer para nada a Rocío Jurado). Ellas y sus insignes compositores forman un eslabón fundamental de lo que conocemos como Cultura Popular. Hoy la Copla, a pesar de contar con excelentes jóvenes valores, ni está ni se le espera. Hemos dejado que se derrumbe este mágico universo entretenidos en cuestiones banales (músicas de usar y tirar) y que nada aportan a nuestra Cultura sentimental. Juanita Reina en cualquier país del mundo tendría la consideración de orgullo patrio y sería recordada y honrada de manera permanente. Así ocurre con Ella Fitzgerald en Norteamérica, Amália Rodríguez en Portugal o Edith Piaf en Francia. Mal vamos cuando hemos dejado desmoronarse a pedazos aquello que llenó de sentimientos existenciales a nuestras madres. Suena “Madrina” por las callejuelas y plazoletas sevillanas y el aire de la tarde se llena de melancólica belleza. 

¡!! CAMPEONES ¡!!

Ya tocaba. Han sido muchos años de paupérrimo caminar atados a la obsoleta  teoría loperiana de los 42 punto para la permanencia. Afortunadamente estos son otros tiempo más acorde con lo que representa el Equipo verdiblanco. La Ciudad en general y los béticos en particular necesitaban un cierto equilibrio entre los dos Equipos hispalenses que en estos últimos años brillaba por su ausencia. Ha ganado el Betis su tercera Copa del Rey y esto nos sitúa a los que soñamos y sentimos en verdolaga a las puertas de la Gloría. En días tan señalados como este siempre me acordaré con especial cariño de mi Tío Antonio. Él fue quien me hizo socio del Betis cuando tenía ocho años de edad y se preocupó de mostrarme que ser bético era una de las cosas más importantes que se puede ser en la vida. Siempre, eso si, desde lo sentimental  y dejando al margen cualquier atisbo de fanatismo.  Me decía que mal nos iría a los béticos si nuestras alegrías solo provenían de las derrotas del  eterno rival. Que no se trataba de ser de por vida  anti-sevillista sino, simple y llanamente, ser un buen bético. Ahora se abre en el Betis una etapa ilusionante donde habitar las alturas de la Clasificación se va a convertir en una obligación. Ese es el camino: ambición y exigencia. Sabemos que lo bueno siempre estará por llegar y, a qué negarlo, esto te hace más llevadero el caminar por mundos tan hostiles como los que nos rodean. Ahora toca gozar de este mágico momento. Dice una letra del Flamenco: 

“No llores hermana mía

que en la casita del pobre

nunca reina la alegría”. 

Hoy, si o si, en la casa de los béticos manda la alegría. Hoy somos CAMPEONES 

A cara descubierta

 

“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico erróneo y aplicar el remedio equivocado”.  (Groucho Marx)

El pasado 20 de Abril el Gobierno decretó por Ley que las mascarillas dejaban de ser necesarias en interiores salvo con algunas excepciones. Medida ciertamente controvertida y que no pocos expertos consideran algo prematura todavía. Son muchos los que coinciden que habría que esperar los efectos pandémicos de las Fiestas de Primavera para adoptar (o no) estas medidas. La gente, en un gran porcentaje, ya está escarmentada de que los políticos tomen decisiones políticas y no sanitarias y han decidido seguir utilizándolas en interiores. Hacen bien en utilizar el libre albedrío para aplicar algo tan necesario como la prudencia. Es cierto que con la vacunación masiva el virus está en una fase de control que en nada se parece a lo que hemos padecido. Es momento de que con los datos en la mano se vaya eliminando las necesarias restricciones hasta llegar a la ansiada normalidad. Al no proporcionar los datos de la Pandemia de manera periódica se ha optado por “el ojo que no ve, corazón que no siente”. Nunca, absolutamente nunca, en todo estos años de Democracia hemos tenido políticos de perfiles tan bajos. El Gobierno, nuestro Gobierno, anda más preocupado en contentar a sus socios de gobernanza que en atender las necesidades prioritarias de la ciudadanía. La Oposición, nuestra Oposición, se mueve en un discurso ambiguo y de coordenadas contradictorias donde todo se mueve en aras de  intentar desalojar de La Moncloa a Pedro Sánchez. Ya nadie se corta un pelo a la hora de pactar con partidos que están muy alejados de posicionamientos democráticos. Unos para permanecer en el Poder y otros para conquistarlo a cualquier precio. La política contemporánea nos trajo una serie de líderes que iban a cambiar drásticamente nuestra manera de hacer política. Todo en aras de modernizar nuestra Sociedad y llevarla a altas cotas de bienestar social. Ya sabemos cómo han terminado líderes como Albert Rivera, Pablo Iglesias, Susana Díaz o Pablo Casado. De esta generación de políticos “iluminados” solo queda Pedro Sánchez que tiene una asombrosa capacidad para reciclar lo que pasa de verdad y lo que él nos cuenta sin inmutarse. La separación entre los que mandan y los mandados es ciertamente preocupante. La calidad democrática de España y por ende de la Vieja Europa es de un nivel muy bajo. Los partidos socialdemócratas y conservadores están desnortados y siendo peligrosamente superados por partidos populistas. El reciente ejemplo de Francia donde los conservadores y los socialdemócratas no llegaron a sumar el siete por ciento de los votos es ilustrativo. Partidos, no lo olvidamos, que hasta fecha muy reciente se alternaban el Poder en el país galo. En fin, puede que el problema no sea solo quitarse las mascarillas, sino que algunos se quiten las máscaras. Parece ser que estamos en un mundo donde mandan los “comisionistas”. Actuar a cara descubierta es hoy un valor en desuso.

Calle San Gregorio

No será un servidor de ustedes quién se meta en berenjenales cofradieros. Doctores tiene la Iglesia de la calle San Gregorio como para que un neófito en estas materias intenté darle lecciones a nadie. Este año por diversos motivos (el cansancio mental uno de ellos) he salido lo imprescindible en Semana Santa y he utilizado la televisión para saciar mis ansias de cofradías en la calle. Lo primero que llamó mi atención el Domingo de Ramos fue, a pesar de las grandes aglomeraciones, el escaso número de personas que utilizaban las mascarillas. Entiendo que cuando vas a ver y, sobre todo, a que te vean no procede ningún tipo de camuflaje. Son más que lógicas las  ganas de cofradías y compartir un ambiente donde prevalezca la alegría y las ganas de recuperar momentos y sensaciones perdidas. Estos dos últimos años los  podemos encuadrar entre los peores de la Historia de la Ciudad. De todas formas mal haremos si olvidamos de un plumazo los duros momentos vividos y la imprescindible necesidad de no guardar el sentido de la responsabilidad en el baúl de los recuerdos. Quiero detenerme fundamentalmente en lo ocurrido el Lunes Santo donde la irresponsabilidad alcanzó cotas muy preocupantes. A pesar de que las previsiones, todas las previsiones meteorológicas, daban una seguridad total de un alto porcentaje de lluvia (entre las 18 y las 22 horas) pocos fueron los  que no dudaron en sacar los pasos a la calle. Recuerdo, antes de la salida de la Hermandad del Polígono de San Pablo, unas declaraciones de su Hermano Mayor que pasará a la historia de los disparates cofradieros. Dijo más o menos: “Se que me van a tachar de irresponsable pero, asumiendo que puede llover, quién le dice a estas criaturas que después de dos años sin salir este año tampoco puedan hacerlo. Además, que se sepa, lo que llueve es agua y no ácido”. Sobran los comentarios y falta una gran dosis de sentido común. Nada nuevo bajo el sol de una Ciudad que se retroalimenta de sus contradicciones. Aquí, lo profundo y lo superficial siempre caminaron cogidos de la mano. Nada como nuestra Semana Santa refleja con mayor exactitud nuestras virtudes y defectos. Conozco agnósticos que enriquecen nuestra Semana Mayor desde el respeto y el conocimiento y “cofrades” cuyos comportamientos son cualquier cosa menos ejemplares. De todo hay en la Viña del Señor de San Lorenzo. Dejando meridianamente claro que sin cofrades no habría cofradías. En no pocas ocasiones son tratados de manera despectiva por una “intelectualidad” que desprecia lo que desconoce. Ellos y ellas se lo pierden. Ser buen sevillano/a  lleva implícito un compromiso indesmayable con una Ciudad que, salta a la vista, es única en el mundo. Con el paso de los años aprendes a interiorizar cuanto te rodea y que, en cuestiones de cofradías, es mejor que resuelvan los doctores en la materia. El Martes Santo amaneció con la lección aprendida y asumiendo que la orfandad de calle era un duro pero necesario tributo. No hubo aventuras inútiles que solo conducen al esperpento y a la irracionalidad. El resto de la semana ya fue una especie de continuación del Domingo de Ramos. Semana Santa en todo su esplendor y grandiosidad. Todo discurrió con absoluta normalidad y los análisis posteriores lo dejo en manos de los expertos. Doctores tiene la Iglesia cofrade para que el necesario equilibrio de estos mágicos días no pierda su encanto sentimental, religioso, cultural y familiar. La Semana Santa, nuestra Semana Santa, siempre ha sido un claro exponente de la época que le tocó vivir y la actual, con sus defectos y virtudes, responde a los tiempos actuales.

Pasión

Aliviada entre aromas sevillanos 

Llevas sobre tu hombro las penas de este mundo Eres el firme tronco del Paraíso prometido

Que son dardos de amor desde los balcones.  

Sin Tí no hay Jueves Santo ni consuelo 

Tú portas nuestras penas con firmeza 

Marcando en tu dolor la senda verdadera 

La misma que nos lleva a las certezas. 

Quién te vio con los ojos del alma 

Ya nunca sentirá el peso del vacío

 Eres oasis sevillano entre dunas de tinieblas Cansado sí, más nunca vencido. 

Por esta tierra te llaman Pasión 

Y apasionarnos contigo es nuestra meta y destino

Padre Nuestro que estás en El Salvador vela siempre por nosotros.

El pórtico de la Gloria

Horas, unas pocas horas, y ya empezará a caminar otra Semana Santa que, por razones obvias,  será distinta a todas las conocidas. Venimos de donde venimos y estamos como estamos. Esto  justifica con creces darle un carácter extraordinario a este evento que funde en la Ciudad  sus tradiciones más nobles en un mágico conglomerado de Fe, Pasión y Sentimientos. Hace mucha falta que recibamos una sobredosis de calle en el sentido más sevillano y noble del término. Será bueno, a que dudarlo, para mejorar la muy castigada economía sevillana pero, de manera esencial, para elevar el bajo estado anímico de la Ciudad. Han sido (lo siguen siendo) tiempos durísimos donde han fallecido muchas personas y, en no pocos casos, en una situación de soledad demoledora. Empezamos a ver la luz al final del túnel pero nunca debemos desligarnos con cierta ligereza del necesario sentido de la responsabilidad. Toca nadar y guardar la ropa. Si el tiempo y las circunstancias no lo impiden volveremos a recuperar momentos y situaciones que le dan sentido a nuestras más profundas emociones sevillanas. La Macarena volverá a pasar por el Arco (magníficamente restaurado) de todos los arcos. La Trianera paseará su morena belleza por la calle más pura de Triana: Pureza. El Señor de Pasión se mostrará por calle Francos ante un selecto grupo de cofrades que más que mirar, ven. El Cachorro cruzará su Puente de regreso a la calle Castilla donde su muerte ni está ni los trianeros dejan que se produzca. La Candelaria cruzará por la Plaza de la Contratación contratando corazones rendidos a su belleza sevillana y judía. El Señor de Sevilla, como pasó siempre, recorrerá la Ciudad para dar consuelo por….todas partes. La Esperanza Trinitaria desplegará sus velas de capitana de extramuros bajo su azulejo de La Campana. Momentos inolvidables que cada cuál vivirá bajo el prisma sentimental de sus preferencias y emociones. Toca vivir intensamente la Semana (nuestra Semana Santa) donde todo confluye bajo el amparo de La Giralda. Tiempo donde prevalecen los momentos sobre las horas. Arriba el telón y, sobre todo, arriba los corazones.

Sobre lo humano y lo divino

Este Blog, modesto en el fondo y en la forma, nació bajo la iniciativa y el afecto de Salva Gavira. Me animó a dejar plasmada mis opiniones y sensaciones en un solo sitio (antes lo hacía donde me daban la oportunidad de expresarme). Él me creó  este Blog y el me lo gestiona. Nosotros nos conocimos en la Compañía Discográfica Pasarela donde yo ocupaba mi tiempo libre en cuestiones flamencas y él andaba atareado en la informatización de la Compañía. Desde entonces creo que no existe en Sevilla dos personas que viéndose tan poco se tengan tanto aprecio. Arrancamos con la primera entrada en el Blog el 16 de Noviembre de 2009 y aquí seguimos de momento (lo tuvimos inactivo dos años: 2018 y 2019). Son 1.772 las veces que he dejado plasmado en este Blog mis opiniones y sentires sobre lo humano y lo divino y ya  hemos sobrepasado las 600.000 visitas. Mi utópico deseo era tratar de provocar emociones e incitar a una serena reflexión sobre cuanto nos rodea. Nunca me interesó politizar en exceso cuanto escribo ni participar desde mi modestia al falso campo dialéctico en que han convertido España. El eje fundamental de cuánto aquí se escribe es la Ciudad, nuestra Ciudad de luces y sombras. Siempre he mantenido que lo mejor que existe en este Blog son las composiciones fotográficas del maestro de la imagen Salva Gavira. En sus buenos tiempos este Blog tenía un promedio de unas 200 o 300 visitas diarias y ahora, a duras penas, llega a las 40. Ya lo tenía más que amortizado, por estar el Blog completamente agotado, pero el confinamiento propició que necesitara abrir de nuevo esta ventana. Si lo sigo manteniendo activo es por ser un nexo de unión con media docena de amigos que debaten conmigo cuanto aquí dejo escrito. Puede que sea verdad que al final todo somos la mitad de bueno de lo que dicen tus amigos y la mitad de malo de lo que dicen tus enemigos. Soy consciente de que corren malos tiempos para la calma y la serenidad. En la actualidad predominan las trincheras políticas, sociales y culturales donde quien más eleve el tono y la descalificación siempre saldrá victorioso. El rencor ha vuelto a nuestras vidas (¿ llegó a irse alguna vez?) y algunos utilizan las Redes Sociales, en no pocas ocasiones, para crear un estercolero donde depositar el odio más mezquino. La Democracia es frágil por su propia naturaleza y defenderla desde la racionalidad y la diversidad es tarea de cuántos de verdad se consideren demócratas. Sevilla se sufre y se goza desde el conocimiento y el sentimiento. Esta bendita tierra, la de mis mayores y mis nietos, es única por su legado histórico, su grandeza  monumental y, sobre todo, por el carácter solidario y bondadoso de su gente. Siempre tuvo el Arte y la Cultura por bandera y así lo testimonian el legado de sus hijos más ilustres. En un ejercicio pretencioso y de cierta prepotencia quise tomarle sus horas a la Ciudad sin comprender que es siempre Ella la que termina tomándonos el tiempo  a nosotros. Los Toma de Horas derramando miel por las esquinas para que ninguna torrija esté seca en Semana Santa. La trascendencia es una Vieja Dama que, al final, nos condena a todos al ostracismo. Vivir para ver y, sobre todo, al menos intentar contarlo.  Nadie hablará de nosotros ni incluso estando vivos.