Hoy, 30 de Mayo Día de San Fernando, a doña Manuela Carrasco Salazar “Manuela Carrasco” le será otorgado el título de Hija Predilecta de la Ciudad de Sevilla. Sin desmerecer a nadie pocas veces tendrá ese título un reconocimiento más certero y justo. Manuela Carrasco es una bailaora que hace del Baile Flamenco un ejercicio realmente deslumbrante donde se dan cita la belleza más exquisita (las formas) con un profundo sentimiento que fluctúa entre lo sevillano y lo trianero (el fondo). Manuela Carrasco (perdón por la irreverencia) es la Esperanza de Triana vestida de flamenca. Casada con el guitarrista Joaquín Amador ha sabido permanecer fiel desde su temprana juventud a un concepto del baile (el suyo) donde la estética y la ética jonda caminan de la mano. Quién no haya tenido la suerte de ver bailar a Manuela Carrasco se ha perdido ver en una escenario el alma de Andalucía con hechuras de mujer. En la próxima Bienal pueden verla para no perderse una de las mayores emociones que nos ofrece esta bendita tierra. Baila Manuela Carrasco y hasta el aire de la tarde se detiene por Triana para verla bailar. José Luis Ortiz Nuevo la llamaba “la Diosa” y nosotros somos afortunados de considerarnos sus fieles creyentes. Sevilla, Triana y….Manuela Carrasco.
lunes, 30 de mayo de 2022
viernes, 27 de mayo de 2022
Pansequito del Puerto
José Cortés Jiménez “Pansequito” (La Línea de la Concepción-1946) está considerado como uno de los cantaores activos más interesantes de la Historia del Flamenco. Puro compás y con una peculiar voz que le hace ser un gran referente para las nuevas generaciones cantaoras. Confeso caracolero está casado con la genial Aurora Vargas y en los últimos años se han prodigado en actuaciones conjuntas. Se dio a conocer de manera impactante en el mundo de los tablaos flamencos (fundamentalmente en el madrileño “Los Canasteros” de Manolo Caracol) y recorrió diversos países con la Compañía de Antonio Gades. La forma de cantar de Pansequito es de una singularidad extraordinaria donde los tercios parecen romperse aunque esto nunca suceda. Su cante es puro barroquismo y atesora una personalidad única e irrepetible. Su manera de cantar por Bulerías y Soleá es de una excelsa peculiaridad y donde el de La Línea demuestra el motivo existencial de un arte llamado Cante Jondo. Poseedor de numerosos premios ha desarrollado, afortunadamente, una extensa y rica discografia que le garantizan la inmortalidad flamenca. Bien haremos en cuidar y reverenciar a estos grandes artistas en vías de extinción y que representaron una segunda Edad de Oro del Flamenco. La nómina de esa generación de cantaores es de una importancia fundamental en la Historia de este Arte parido y amamantado en Andalucía. Ahí están grabados para la Gloria flamenca los nombres de Camarón, Menese, Lebrijano, Morente, Rancapino, Luis de Córdoba, José de la Tomasa, Juanito Villar, El Pele, Pansequito o Gabriel Moreno. ¿Hay quien de más? Va ser difícil, muy difícil, que se repita una hornada de cantaores de tantísima calidad y con un aporte tan fundamental en la Historia del Flamenco. Este Arte que siempre se movió entre la ojana y lo sustancial es de una continua ligazón generacional y la actual, de mucha enjundia, deja a los buenos aficionados motivos para la esperanza. Hoy, que tanto en el Flamenco como en el Toreo, se utiliza de manera tan reiterativa como superficial la palabra Maestro coincidimos, tanto en el fondo como en la forma, que este concepto (Maestro) le viene como anillo al dedo al gran Pansequito. Cuidemos con esmero a este tipo de cantaores que llevaron al Cante a sus más altas cotas de expresividad. Vivimos apresados en una época (el Flamenco no podía ser una excepción) donde la inmediatez le ha ganado la batalla a lo verdaderamente sustancial. Así nos va.
martes, 24 de mayo de 2022
El imparable paso de los años
“Los epílogos existenciales se acortan cuando los recuerdos le ganan claramente la partida a las proyectos”.
En esta Sociedad donde manda la inmediatez y lo estrictamente compulsivo los años se nos escapan de las manos a una velocidad de vértigo. Casi sin darte cuenta te levantas un día y ya, de manera inapelable, resulta que formas parte de eso que algunos llaman de manera despectiva “los de la Tercera Edad”. Lo individual desaparece y te engloban en un grupo donde las ideas políticas, sociales y culturales (la manera de pensar, sentir y actuar) quedan diluidas en lo colectivo. Si algo ha demostrado la Pandemia de manera fehaciente es que la vejez es algo que en la Bolsa de la vida cotiza a la baja. Recuerdo un día que leí una noticia en la prensa que decía que en el Centro histórico de Málaga un coche había atropellado a un anciano de sesenta y cinco años. Aquello me dio de bruces con la realidad. Me dije: “Joder, pues resulta que yo tengo diez años más que ese anciano”. Hasta entonces había intentado volver a la juventud escuchando a diario a The Beatles o poniéndome en verano camisetas de Elvis o de Silvio. No hay manera, soy una persona mayor cuya personalidad intentan manipular diluyéndola en el colectivo de los puretas. Los políticos hablan de nosotros sin preguntarnos, por no interesarles, nuestras opiniones. Los sociólogos nos encuadran colectivamente en nuestros gustos y disgustos sin importarles nuestra condición de personas individualizadas. Somos un dato en una estadística y un incordio en una Sociedad de consumidores y productores por consumir poco y producir menos. Se acuerdan de los mayores una vez al año (en Navidades) para lavar conciencias y comportamientos. Te llaman de continuo a tu casa (¿dónde queda la tan cacareada privacidad?) para venderte audífonos o proponerte cambios en el fluido eléctrico o en la telefonía móvil. Saben que están llamando a gente mayor con sus capacidades mermadas y, evidentemente, más proclives a dejarse engatusar. Nadie te llama para saber cómo estás y qué necesidades tienes como más apremiantes. Si de algo puede presumir nuestra generación es el de haber sabido luchar siempre contracorriente. Nada en la vida nos ha resultado fácil y nuestras modestas pensiones son el resultado de muchos años de cotización. Vamos, como buenamente podemos, apurando esta última etapa de nuestras vidas. Otros vendrán a tomarnos el relevo y esperamos que, cuando ya no estemos, se muestren magnánimos con nosotros. Pasa la vida igual que pasa la corriente.
jueves, 19 de mayo de 2022
Sevilla en clave de impacto
En esta Ciudad, que cada día que pasa es menos nuestra, ya todo queda contextualizado en clave de impacto (evidentemente en el plano económico). Se trata de que vengan a la Ciudad grandes eventos que arrastren muchos visitantes y que los mismos consuman cuanto más mejor. Ya, en todos los órdenes, las cuestiones se concretan a través de los impactos de tipo económicos. Esta semana hemos tenido por estos lares una gran afluencia de aficionados alemanes y escoceses que han venido a ver jugar a sus Equipos una final europea (la mayoría sin entradas para el Estadio). Pendiente de su recuento definitivo parece ser que vinieron 100.000 escoceses y 50.000 alemanes. Los esfuerzos que habrá tenido que realizar la Policía para controlar esta avalancha entiendo que habrán sido de enorme dificultad. Los incidentes motivados principalmente por ultras alemanes se nos dirá que son cosas normales en estos grandes eventos. Hemos visto gente bañarse en la Plaza de España y en la fuentes públicas. El Presidente del Eintracht para “agradecer” la acogida de la Ciudad en general y del Sevilla en particular dijo textualmente: “190.000 fans no podrán estar en este estadio de Mickey Mouse”. Habría que recordarle a este impresentable que el campo del Eintracht solo tiene 5.000 localidades más que el del Sevilla. Es el precio que hay que pagar por colocar a Sevilla en el “mapa”. Para esta invasión y como ejemplo de donde hemos llegado se colocaron urinarios de quita y pon nada menos que junto a la Iglesia del Salvador. Como era de esperar esta medida “sanitaria” ha levantado una gran polémica en la Ciudad. Resulta indignante que esta idea se le ocurriera a alguien que cobra su salario de los impuestos de los sevillanos. Ya se comprende que si las “criaturitas” beben como cosacos también tengan que orinar como cosacos. Cuando se haga balance nos dirán que debemos mostrarnos satisfechos por el gran y fuerte impacto económico que tal evento ha tenido para la Ciudad. ¿Sinceramente nos consideran tan lerdos como para que creamos que esto beneficia al conjunto de sevillanos y sevillanas? Sobre el impacto social que han padecido los vecinos de los aledaños del Campo del Sevilla poco o nada se comentará. No se trata de negar los efectos beneficiosos que el Turismo trae a esta Ciudad; se trata de armonizar y ordenar este Turismo para que en un muy pocos años a Sevilla “no la conozca ni la madre que la parió “. Esto es como predicar en el desierto pues parece ser que resulta más fácil construir cinco hoteles antes que una sola fábrica. Definitivamente ya vivimos inmersos en los impactos económicos del turismo de masas y en una Sociedad donde impera el consumismo compulsivo poco o nada podemos hacer. Sevilla, definitivamente, ya funciona en claves de impactos. Marchando una de impacto.
lunes, 16 de mayo de 2022
El carisma se llama Lola Flores
Hoy se cumplen 27 años del fallecimiento de la genial e incomparable Lola Flores. Una mujer excepcional siempre adelantada a su tiempo y con un carisma artístico y personal verdaderamente majestuoso. Lola, Lola de España, fue una lorquiana donde el arte y la belleza se complementaban de una manera sincronizada y armoniosa. Desde su juventud ya se auguraba que estábamos ante un talento inconmensurable que el paso del tiempo no haría más que confirmar. La pareja artística que formó junto a Manolo Caracol nunca ha podido ser superada y los que tuvieron la suerte de verlos actuar siempre llevarán ese momento en el fondo de sus corazones. Lola Flores se quejaba (creo que con razón) que el Cine no había sabido sacarle sus grandes dotes interpretativas (una Anna María Magnani a la española). El tiempo, el paso del tiempo, no ha hecho más que acrecentar su leyenda y hoy las verdaderas vanguardias del Arte se rinden a sus pies. Fue ninguneada en vida por esa cohorte de antiespañoles que maltratan el Arte del Sur para justificar sus ínfulas supremacistas. Lola, Lola Flores, era mucha Lola y al final el tiempo pone a cada uno en su sitio. Hoy hace 27 años que nos dejó huérfanos de su talento, su generosidad y su inmenso carisma. Eterna Lola.
sábado, 14 de mayo de 2022
Teresa Berganza
Ayer, un viernes de Mayo, donde en Sevilla parecía más bien un día agosteño nos dejó la genial mezzosoprano Teresa Berganza. Una madrileña absolutamente genial y que, por derecho propio, se nos configura como una de las mejores cantantes de ópera de todos los tiempos. Su gran fama internacional le precede y la coloca en el Olimpo de las cantantes que supieron llenar de emociones cuántas veces se subieron a un escenario. Sus numerosos premios dan fe de una carrera plagada de éxitos donde siempre gozó del respeto y la admiración de sus compañeros y del público en general. Fue Premio Princesa de Asturias de las Artes; Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio; Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes; Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid; Premio Nacional de Música de España o Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes. Una mujer interesantísima con una dedicación plena a su carrera musical y con un indesmayable compromiso con la época que le tocó vivir. Siempre mostró sin reservas un gran cariño por esta tierra de María Santísima. Una fiel embajadora cultural y musical de una España que siempre supo abrir fronteras por todos los confines del mundo. Tenía 89 años de edad que fueron vividos con una intensidad y una pasión que la configuran como una mujer que pasará con letras de oro a la Historia de la Música Clásica. Teresa Berganza proyectaba una imagen deslumbrante y en su persona el Arte y la Cultura se fundían en un armonioso abrazo. Descanse en paz y eternamente agradecidos por habernos hechos sentir tantos emocionantes momentos.
jueves, 12 de mayo de 2022
Los santos inocentes
“El futuro sólo se alumbra con la política de las luces, no con la de las sombras” (José Luis Pardo)
Vivimos en una Sociedad donde la gente tiene la percepción de que la delincuencia tiene distintos grados (sociales) y, lo más preocupante, distintos baremos judiciales para enjuiciarla. Pocas dudas albergo que los jueces intentan desarrollar su trabajo lo mejor que pueden, con el añadido de sufrir serías carencias tanto personales (pocos jueces) como en infraestructuras (medios insuficientes). Al llegar al Gobierno ni al PSOE ni al PP les interesó nunca dotar a la Justicia de los medios necesarios para garantizar su eficiencia. La renovación del CGPJ se ha convertido en el “cuento de la buena pipa” y ya se habla sin sonrojo de jueces conservadores o progresistas. Observamos delitos que producen una gran conmoción social y cuyas sentencias, en no pocos casos, provocan sonrojo. Queda claro que los jueces no legislan sino que su cometido es hacer que las leyes se cumplan. Escuchamos en la radio que un indeseable que conducía en sentido contrario -hasta las trancas de alcohol y drogas- se llevó por delante un coche que circulaba correctamente. El resultado fue un matrimonio y un niño de trece años fallecidos y otro de ocho años gravemente herido. El veredicto, no lo recuerdo con exactitud, creo recordar que fue el de “homicidio involuntario” o de “imprudencia temeraria”. La sentencia seguro que hizo que se moviera de su tumba al mismísimo “Espartaco”. Lo cierto es que un niño tendrá que hacerse hombre sin sus padres y sin su hermano. La funesta contrapartida es que, más pronto que tarde, el infractor volverá a subirse en un coche sin descartar que vuelva a sus andanzas jaraneras. La Sociedad lleva dos mil años intentando que exista un maridaje entre lo justo y lo legal. Parece ser que no hay manera (o intención) de conseguirlo. Desde unos años a esta parte el personal se ha aficionado a películas de “justicieros” tipo Charles Bronson. ¿Se extrañan los sociólogos y politólogos de esta tendencia? No se trata de confundir venganza con justicia pero tampoco podemos admitir que se someta a los inocentes a un doble calvario: la tragedia y el desamparo. Los filósofos de la antigua Grecia y los pensadores de la Roma imperial trataron de unir la Justicia y la Ley para que el mundo (en su variante de pueblo) se sintieran representados por sus gobernantes. A la vista está que no hemos aprendido nada. ¿Alguien medianamente clarividente se siente de verdad representado por los políticos a los que vota? La eterna y malévola teoría de judicializar la Política o de politizar la Judicatura está hoy omnipresente en nuestras vidas y haciendas. Con la cantidad de encuestas (no pocas inútiles) que realiza el CIS no estaría de más que se le preguntara al personal que opinión tiene de los políticos y los jueces. La brecha de credibilidad entre los gobernantes y los gobernados es cada vez mayor. Ya, definitivamente, vivimos instalados en un laberinto burocrático donde salir de él es misión imposible. Los santos inocentes planeando sobre nuestras conciencias. Todo queda justificado en enrevesados artículos del Código Penal que escapan a la comprensión de la gente corriente y, sobre todo, sufriente. Los delincuentes de guante blanco se escapan de la Justicia con los guantes puestos para poder seguir robando. El problema no es que la ciudadanía no entienda a la Justicia; el verdadero problema es que sea la Justicia quién no entienda a la ciudadanía.
martes, 10 de mayo de 2022
Los pacíficos invasores
Resulta difícil, muy difícil, que en las innumerables entrevistas que les hacen a Juan Marín (Vicepresidente de la Junta) y a Antonio Muñoz (Alcalde de Sevilla) no utilicen, antes o después, el mantra de los enormes beneficios del turismo. Nos dan datos concisos y muy elaborados del aumento considerable de la ocupación hotelera y lo contento que debemos sentirnos por los grandes beneficios que este crecimiento va a traer a nuestras vidas. Sevilla, como ocurre con Venecia, Florencia o Roma, es una Ciudad que ya está diseñada por y para el turismo de masas (ahora están estudiando la forma de que vengan menos pero que gasten más). Demostrado queda que el turismo es una de la principales fuentes de ingreso de nuestra Ciudad y que, afortunadamente, por estos lares no viene un “turismo de borrachera “ sino, por el contrario, persona civilizadas que se quedan prendadas de la belleza de nuestra Ciudad. No se le pueden poner puertas al campo y menos cuando los que entran no te pisan los trigales. Lo que ocurre es que debemos tener claro que está masificación turística tiene unos daños colaterales que terminan por desnaturalizar las señas de identidad de las ciudades que viven por y para el turismo. Por muy bien que vayan las cifras turísticas es muy difícil que los portavoces hosteleros no encuentren siempre un motivo de queja. No dejan de construirse nuevos hoteles y los pisos turísticos ya forman parte del entramado urbano del Centro de la Ciudad. Entiendo, por tener amigos en esa zona, lo “contento” que estarán con el turismo los vecinos que habitan la parte monumental de la Ciudad. Igual les pasará a los que vienen a Sevilla destinados a trabajar o a los estudiantes que vienen de fuera a la hora de encontrar un piso de alquiler. Esta situación ya es endémica y a la que tendremos que irnos acostumbrando. Aquí ya nadie habla de industria, sector servicios, investigación, desarrollo tecnológico o agricultura. Lo importante es cuantificar cuántos vuelos registra el Aeropuerto de San Pablo; el número de pernoctaciones o el gasto medio que cada turista emplea en la Ciudad. No es de extrañar que más pronto que tarde y en un ejercicio de buena colaboración ciudadana se nos pida a los sevillanos que salgamos a la calle vestidos de toreros y a las mujeres de flamencas. El turismo necesita para consolidarse de falsos estereotipos y por esta tierra en eso somos verdaderos maestros. Ya existen pocas dudas de que el motor económico de nuestra Ciudad es el turismo. Lo que ocurre, como nos ha demostrado la Pandemia, es que depender exclusivamente de ese motor lleva implícito un enorme riesgo.
viernes, 6 de mayo de 2022
Carmen y María
Ayer, jueves de Feria, nos trajo una más que excelente noticia para los que amamos el Flamenco y el Arte en general. Puede que sea verdad que las buenas noticias si se producen en la semana de Feria son doblemente buenas. El notición era que a la cantaora Carmen Linares y a la bailaora-coreógrafa María Pagés les habían concedido el Premio Princesa de Asturias de las Artes por toda una vida dedicada a la dignificación y magnificación del Arte Flamenco. Pocas veces vamos a encontrar un Premio mejor concedido y, por extensión, con un mayor predicamento artístico -cultural. Carmen Pacheco Rodríguez “Carmen Linares” (Linares-1951) es una cantaora portentosa que asentando su cante en los raíces más profundas se eleva hacia la modernidad sin detenerse ni un momento en veleidades de falsos vanguardismos. Una carrera, la suya, construida paso a paso y apurando sin prisa pero sin pausa todos los estamentos sonoros del Cante. Al día de hoy se nos configura como la gran Dama del Flamenco contemporáneo. María Jesús Pagés Madrigal “María Pagés” (Sevilla-1963) reparte su inmenso caudal creativo como bailaora enriquecida y embrujada por una baile femenino preñado de raíces sevillanas y, por extensión, como coreógrafa ampliamente reconocida y premiada en todos los confines del mundo. Hoy, cuando definitivamente impera en todos los órdenes de la vida la “Cultura del pelotazo” ellas, Carmen y María, son un claro ejemplo de que la vida es una carrera de fondo donde con sacrificio, trabajo y talento se terminan por conseguir los sueños. Ellas, una de Linares y la otra de Sevilla, deben (o debían) representar faros luminosos que guíen a las nuevas generaciones de cantaoras y bailaoras flamencas. Vivimos tiempos de figurones y de politiquillos de tres al cuarto donde los premios, en no pocas ocasiones, se dan a voleo y en clave “política”. Esto termina denigrando a los que los dan y sobre todo a los que, sin pudor, los reciben. Este Princesa de Asturias de las Artes a Carmen y María queda contextualizado entre lo justo, lo emocional y lo genuinamente gratificante. Todavía nos quedan atisbos para la esperanza y con la concesión de este premio nos dan motivos para creer en ella. Se llaman, no lo olviden, Carmen y María. Son dos mujeres andaluzas y grandes referentes del Arte Jondo.