martes, 23 de mayo de 2023

La rotación y el movimiento


Los años ochenta fueron en Europa y el mundo un compendio de elementos positivos y, como contrapartida, de elementos negativos. El Arte y la Cultura entraron de manera determinante en el fértil terreno de la modernidad. La vanguardia -las vanguardias- en el Cine, el Teatro, la Música o las Artes Plásticas ya se manifestaban como algo sin posibilidad de retorno. Se consolidaban los movimientos vanguardistas como entes vivos, que sin renunciar a los orígenes del Arte y la Cultura, volaban en absoluta libertad. Las reivincaciones políticas y sociales avanzaban por entre la espesa maleza de la ignominia y la injusticia. Se hizo realidad lo de prohibido prohibir. España, tras la muerte del Dictador, se iba configurando como un país emergente que buscaba por la vía del imprescindible consenso la tan añorada democracia. Uno de los elementos negativos más impactante de aquellos años fue la plena irrupción de la droga en la Sociedad donde, con la heroína a la cabeza, los estragos (fundamentalmente entre la juventud) iban a ser demoledores. Fueron muchos los que buscando en la droga una cierta liberación existencial descubrieron más tarde que se iban a quedar apresados en un laberinto de difícil salida. Poco se dice que la droga la padece en primer lugar el drogadicto (un enfermo en definitiva) pero que causa tremendos estragos entre su circulo mas intimo. Este es un viaje a los infiernos de los drogadictos donde los trenes también van llenos de familiares y amigos. Todos conocemos casos de familias que han quedado seriamente dañadas por la “aventura” personal con las drogas de alguno de sus miembros. La Movida Madrileña fue un fenómeno social y también contracultural que tuvo repercusiones por toda Europa. El desenfreno mas heterodoxo en una respuesta en clave de rebeldía contra la ortodoxia reinante. Tomó forma el lema de: “Vive tu vida a tope y procura dejar un hermoso cadáver”. Al final, el balance de este movimiento social fue el de seis libros interesantes; media docena de grandes canciones; dos o tres buenas películas  y cientos de jóvenes fallecidos en la plenitud de sus vidas como consecuencia del alcohol y las drogas. No es justo que algunos movimientos interesantes en lo cultural, artístico o social de aquellos años se les adjudique a la Movida Madrileña. Fuera de este fenómeno social también pasaban cosas de gente con inquietudes que no asumían la Movida como propia. Evidentemente esto ni se dice ni se cuenta. La Historia en cualquiera de sus facetas siempre está sujeta a interesadas y falsas interpretaciones. Al final todo queda resuelto en clave de moverse y rotar (sin morir en el intento). La vida en su laberinto.

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