martes, 16 de mayo de 2023

Mediocres al poder

Cada día que pasa me cuesta más entrar en el pantanoso y falso mundo de la Política. Una situación a la que despectivamente se conoce como politiqueo. Si analizamos con objetividad los perfiles políticos, sociales y culturales de muchos de nuestros políticos el balance es verdaderamente paupérrimo. Existen, a que dudarlo, honrosas excepciones pero el conjunto de la “tropa” política ofrece un resultado absolutamente desolador. Resulta mas que evidente que la actual Democracia española tiene un déficit muy peligroso de verdaderos demócratas. Los populistas, tanto de izquierda como de derecha, solo han traído a la política española grandes dosis de revanchismo y poco o nada realmente de positivo. Solo aceptan el juego democrático cuando este les resulta beneficioso. Difícilmente puede avanzar un país cuando se instala en el barullo, la descalificación y el frentismo. La vacuna mas infalible contra este estado de cosas se llama bipartidismo. Si desde el rigor y la objetividad comparamos los políticos de la Transición española con los actuales entran ganas de marcharse de España. Estamos “gestionados” políticamente por gente anodina, sectaria, repetitiva y monocorde que han propiciado la desafección de la Sociedad española hacia la Política. Los que tienen el Poder están dispuestos a pactar con el mismísimo diablo con tal de mantenerlo. Los que quieren conseguirlo son capaces de todo con tal de conquistarlo. El Poder como meta y objetivo. ¿Legitimo? Sin duda, pero no a cualquier precio. Siempre, eso si, “argumentando” que todo lo hacen para defender los intereses de los ciudadanos. Estos días, con la Elecciones Municipales y Autonómicas en puerta, nos están dando una “paliza” que supera con creces nuestra capacidad de aguante. Todo este galimatías propicia una serie de preguntas que, evidentemente, nunca serán contestadas. Por ejemplo: ¿Cuánto les cuesta a los españoles las campañas electorales de los Partidos? ¿Cambian los votantes el sentido de su voto en función de las tonterías que se dicen en los mítines? ¿Alguien puede ser tan ingenuo al pensar que las promesas electorales se harán realidad? La Democracia es frágil por su propia naturaleza y la defensa que de ella hagan los verdaderos demócratas será vital para su supervivencia. Lo dicho, mejor no meterse en los jardines politiqueros. Para eso ya tenemos a esa legión de politólogos, analistas, conferenciantes, articulistas y tertulianos. Todo bajo la dirección de los presentadores estrellas unidireccionales. Lo preocupante es que la Historia de este sufrido y amado país nos dice claramente que todo puede ser manifiestamente empeorable. Eso si, hay que votar en cada convocatoria electoral. Ese siempre será el mejor antídoto para que los fusiles dictatoriales no vuelvan a aparecer por el horizonte. Votemos y que Dios reparta suerte.

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