El pasado sábado se vivió en Sevilla una de esas efemérides que merecen por derecho propio ser considerada como una Jornada Histórica. Se cumplía el 775 Aniversario de la Reconquista de Sevilla por el Rey San Fernando. Desde la vecina y querida localidad de Dos Hermanas se trasladó a Sevilla a la Virgen de Valme. Se trataba de configurar en el tiempo una imagen callejera que nos llevara hasta el año 1248. San Fernando, la Virgen de Valme y Sevilla configurando un mágico triangulo sentimental. La calle, las calles, hervían de fervor al paso de la comitiva. Un masivo esplendor donde se notaba en el ambiente la percepción de estar asistiendo a una lección de Historia sevillana. Allí donde siempre se funden el pasado y el presente. El Rey San Fernando como el gran referente histórico de la Ciudad. La Virgen de Valme como su gran valedora y protectora. Sevilla como el principal referente de esta histórica Reconquista. Un Rey-Santo y magnánimo que de la prudencia y la tolerancia hizo virtud. Una Virgen gótica-fernandina portando en su regazo al futuro Mesías. Como colofón una Ciudad que se hizo Santa y Mariana para que nadie se sintiera huérfano en ella. La Virgen de Valme viajó hasta Sevilla en un coche descapotable para que el cielo de la Ciudad la coronara de luces azules. El Rey San Fernando salió a la calle portando una bola y una espada (en esta tierra nunca se puede bajar del todo la guardia). Cerraba el triangulo Sevilla que nunca sale ni entra: simplemente siempre está. Los soniquetes de marchas semana-santeras y el fervor respetuoso de la calle hicieron el resto. Un sábado para recordar en la memoria sentimental y una efeméride digna de pasar a los anales de la Historia de la Ciudad. Cuando, de manera permanente, asistimos a tanto “postureo” acontecimientos como el del pasado sábado nos redimen de nosotros mismos. La Virgen de Valme se volvió a su lugar de origen nazareno (ignoro si en el descapotable). San Fernando retorno a su santo aposento catedralicio donde duerme el sueño eterno de los justos. Sevilla envuelta en su manto de estrellas se quedó soñando en la larga noche de los tiempos. San Fernando, la Virgen de Valme y……Sevilla.
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