Ese fantasma que decían que recorría Europa era el comunismo hoy ese fantasma se llama corrupción. El comunismo terminó sus días con un baño de sangre entre sus mejores revolucionarios (el cruel y feroz estalinismo) y una gran alteración en sus principios fundamentales: al final no se repartió la riqueza, se repartió la pobreza. La corrupción política es un fenómeno global que no hace más que mostrarnos la enorme miseria moral de algunos seres humanos. España que desgraciadamente siempre se suele apuntar a todo aquello que la envilece no podía ser una excepción. Cuando una persona roba (sin ningún acto de violencia) para cubrir las necesidades extremas de su familia no es un ladrón es un superviviente. Los corruptos forman parte de otro grupo de ladrones. Roban (de forma prioritaria del erario publico) para tener acceso al lujo mas desmedido y así poder desarrollar una personalidad que se mueve entre la avaricia y la horterada. Todo para poder poseer coches de alta gama, lujosas casas, fiestas bacanales y viajes paradisiacos (sin entender que el verdadero paraíso está allí donde duerme plácidamente la conciencia). Como diría Machado: “mala gente que camina y va apestando la Tierra”. Les da igual conseguir su ansiado botín en la situaciones mas extrema de la población (Pandemia). Carecen de escrúpulos y todo gira en torno al “poderoso caballero que es don dinero”. Los ladrones de lo público no tienen más ideología que la acumulación de riqueza. Mal hacemos cuando solamente situamos a los corruptos en aquellas ideologías distintas a la nuestra. Los hay en todas partes y, es verdad, que no todos los Partidos actúan con sus corruptos con verdaderas medidas ejemplarizantes. Cuando un político proclama a los cuatro vientos tolerancia cero con la corrupción hay que investigar de cuantos ceros se componen algunos saldos bancarios. Es preocupante que entre los dos grandes Partidos de este país no se unifiquen criterios para crear leyes que ataquen a la corrupción desde sus raíces. Se prefieren los numeritos parlamentarios del “y tú más” antes de profundizar en el fondo de las cuestiones. Hace tan solo unos días leía un informe sobre los miles de millones robado por los corruptos en los últimos año a las Arcas Públicas. ¡Cuantos graves problemas sociales se podían haber resuelto con ese dinero! Aquellos espeluznantes datos te situaban entre el vértigo y el asco. Al ser pillados in fraganti los corruptos se buscan buenos (sobre todo caros) abogados que se saben mover dentro de los laberintos burocráticos de la Ley. No se puede evitar que la gente de la calle siempre haya tenido la percepción que las leyes, en sus aspectos punitivos, siempre se aplican contra los mas desfavorecidos. Un fantasma recorre España y arrastra sus cadenas doradas entre el estupor de las personas decentes y la parsimonia de algunos Partidos políticos.
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