Ayer, día 21 de Octubre de 2024, se inauguró en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla una Exposición (“Los Machado. Retrato de familia”) que se puede considerar entre las más interesantes que ha organizado esta Ciudad. Una muestra antológica y pormenorizada de la vida y obra de los Hermanos Machado. Con la inestimable aportación de instituciones (publicas y privadas) y algunas aportaciones individuales se ha podido reunir (por primera vez) una ingente cantidad de documentos, objetos y fotografías. Con esta extraordinaria y generosa aportación -¡por fin!- se logra situar a la saga familiar de los Machado en su justo contexto social, político y cultural. Es una excelente noticia para Sevilla por partida doble. De una parte por la magnífica Exposición sobre los Machado y de otra por la recuperación, como principal Espacio Cultural para la Ciudad, de la Real Fábrica de Artillería de Sevilla. Aquí se expone con todo lujo de detalles la fértil historia de la saga de los Machado con Antonio Machado Núñez y Cipriana Álvarez Durán como fuentes principales (los siempre omnipresentes abuelos). La frondosa arboleda de los Machado nos ofrece un conjunto de hombres y mujeres con un extenso y amplio sentido de la Libertad. Siempre comprometidos y activos con la Sociedad que les tocó vivir. La visión progresista que dimanaba de los abuelos se fue extendiendo y fue impregnando a todos y cada uno de sus descendientes. Socialmente supieron implicarse en los aspectos más comprometidos de sus épocas vivenciales. Siempre bajo el halo de la figura paterna de Antonio Machado Álvarez (el gran “Demófilo”) marcando las pautas del comportamiento de sus hijos. Se desmonta ya de manera definitiva el mito del enfrentamiento personal entre Antonio y Manuel Machado. Los documentos expuestos hablan por sí solos. Dos hermanos y un (distinto) destino. Los mismos que nunca dejaron de quererse y al que interesados mentores de uno y otro bando de la Guerra Civil utilizaron como elementos divisorios. ¿Fueron un manipulado paradigma de las dos Españas? Sin duda y los largos y muy duros años de la pos-guerra hablan por si solos. Uno, Antonio, murió triste, viejo y solo en Colliure (Francia). Otro, Manuel, tuvo que sobrevivir como pudo en la “larga y oscura noche del franquismo” escribiendo poemas “al sable del Caudillo”. Los dos, en definitiva, fueron víctimas de la Guerra Civil española. Cada uno de ellos siempre tuvo al otro en su corazón. La Historia se ennoblece cuando prevalece y se utiliza el rigor y la objetividad. Es decir, cuando se analiza y se explica su desarrollo a través de la racionalidad que proporcionan los elementos científicos. El bulo y las mentiras programadas (hoy tan de moda) siempre formaron parte del interesado filtro de la política. Ya está bien de fantoches oportunistas disfrazados con falsas ínfulas de renacentistas. Los falsos machadianos que “interpretan” a los Machado según les vengan los aires. La eterna dicotomía entre “buenos y malos”. Para la Izquierda Antonio era el bueno y Manuel el malo. Para la Derecha ocurría justo todo lo contrario. Lo cierto era que Manuel Machado era un gran poeta y Antonio Machado fue un poeta universal. Esta Exposición que permanecerá abierta en tierras de San Bernardo hasta el 22 de Diciembre se nos muestra como una visita imprescindible. Los Machado y Sevilla; Sevilla y los Machado como la unión perfecta entre los sentimental y lo cultural. La Sevilla eterna y más culta; los felizmente recuperados Hermanos Machado y el Barrio torero de San Bernardo nos esperan. La visita, a que dudarlo, será muy gratificante.
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