sábado, 4 de septiembre de 2010

Plaza Arriba



Cuando el gran Federico, epicentro de nuestras emociones poéticas y andaluzas, cayó vilmente asesinado, tenía dos grandes pasiones musicales: el Flamenco y el Jazz. Aparte de su inveterada afición por rescatar toda expresión musical popular andaluza. Poco podía imaginar el de Fuente Vaqueros que con el paso de los años se fundirían -en ocasiones puntuales- en una sola expresión sonora. Ambas músicas tienen bastantes cosas en común que las hace sentirse cómodas cogidas de la mano. Música del alma y donde la capacidad creativa y de improvisación no tienen más fronteras que la que les imprime el músico en cada momento. Pepe Marchena y Louis Armstrong unidos amorosamente por los acordes de una guitarra o una trompeta. Pastora “la de los Peines” y Nina Simone reflejadas en un pentagrama que se escribe con la tinta que brota de la sangre. Caracol y Charlie Parker unidos por el compás. Uno, en la Alameda sevillana y, otro, en el Collegge Lincoln de Kansas City. Flamenco y Jazz como formas sublimes de conjugar lo musicalmente popular con lo exquisitamente culto. Pedro Iturralde, Jorge Pardo, Chano Domínguez…. se adentraron en los hermosos jardines del Flamenco no para podar sus raíces, sino más bien al contrario: para sembrarlo con el jugoso abono del Jazz. La Música en particular, y el Arte en general, se escriben con L de Libertad. Ejemplo paradigmático es el del genio de Algeciras, Paco de Lucía, que incursiona en el mágico mundo del Jazz con su incomparable sonanta flamenca, consiguiendo cotas de expresividad musical de una magnitud extraordinaria.

Santi Pardo, Director Comercial de Pasarela (Discográfica con la que colaboro hace años en el Área de Flamenco), fue quien primero me habló hace tiempo del trabajo discográfico de este grupo de Marchena (BEJAZZ) que realmente me produjo una gratísima impresión. Les hablo de “Plaza Arriba” y en cuyo contenido, compuesto de ocho temas, nos dan una lección magistral de fusión armoniosa y equilibrada entre el Flamenco y el Jazz. Cinco son los componentes actuales de esta formación musical marchenera. A saber: Melchor Jiménez, “Melchor Chico”, guitarra flamenca; Bernardo Parrilla, saxo; Javier Carmona Bono, teclados y clarinete; Pablo Carmona Bono, percusión y Javier Carmona Montero, contrabajo. Para la grabación de “Plaza Arriba” contaron con la inestimable colaboración del cantaor Juan Antonio Cano “El Negro”. La ultima incorporación y con la que ya quedaron configurados como quinteto fue la del guitarrista flamenco “Melchor Chico”, sobrino de Enrique de Melchor y nieto de Melchor de Marchena, el mismo que tenían como guitarrista de cabecera los dos “monstruos” del Cante, Manolo Caracol y Antonio Mairena.



Al frente de esta hermosa aventura musical, con su contrabajo y su sabiduría, está Javier Carmona. Las actuaciones en directo de esta Banda Musical que combina de manera sublime el Jazz y el Flamenco son realmente espectaculares. Consiguen desde sus primeras notas crear una perfecta comunión con el público que asiste complacido a la propuesta de buena música que derrochan sobre el escenario.


Permítanme una sugerencia que a buen seguro me agradecerán. No le pierdan la pista a esta Banda musical marchenera. Empleemos nuestro tiempo y dinero en potenciar la música verdadera que nace de las entrañas de la tierra. Obviemos la de usar y tirar y, tiremos de las emociones que producen los dulces placeres de lo autentico. Se debe –o se debía- apoyar decididamente desde nuestras instituciones la supervivencia de estos grupos musicales, que a la postre configuran verdaderos oasis en nuestro inocuo panorama musical. Representan la música del alma y lanzan al aire con sus notas una propuesta pletórica de autenticidad y verdad musical. Larga vida a la BEJAZZ y a su gratificante mensaje artístico. Jazz y Flamenco o, Flamenco y Jazz, música del alma en definitiva unidas en todo su esplendor y veracidad.

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