miércoles, 12 de enero de 2011

Poema del desarraigo.



(Para Antonio Fernández Montes, poeta, cofrade y amigo, que un día marchó a Canarias en busca de fortuna y sosiego y se volvió buscando el aire de Sevilla)

Ausencia temporal vas padeciendo
Y habitas con valor en lo lejano,
Mientras Sevilla de noche va diciendo
¿Dónde está mi poeta soberano?

La palabra en tu pluma es dardo hiriente
Que nos devuelve antiguas tradiciones,
Destilando tu verso sangre ardiente
Donde se cuecen verdades y razones.

¿Huele a azahar la calle donde habitas?
¿Rompe el cielo una Giralda mora?
¿Ante una Soleá tu alma palpita?
¿Se busca el Duende a todas horas?

Te imagino sentado frente al mar
Y ante un atardecer soñar Sevilla;
En Primaveras de jazmines y azahar
Te verás cortejando modistillas.

El infinito que funde mar y cielo
Te hará vivir un Puente de toreros,
Donde solo navegan los suspiros
En una barca que busca embarcadero.

Tu alma quedó de Alfalfa a Campamento
Entre Salud de Cristo en su agonía,
Una Candela que alumbra el firmamento
Y el Buen Refugio que sueñas cada día.

Antonio, pintor, poeta, buen amigo,
A pesar de que nos falta tú presencia,
No estás, pero tampoco te has ido,
Pues tus versos por ti cubren tu ausencia.

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