miércoles, 16 de febrero de 2011

Mi novio es cartujano pintor de loza


Así empezaba una conocidísima sevillana de cuando las letras de las mismas no eran un remedo de los culebrones venezolanos. Ahora ya es otra cosa y sobre esta hermosa expresión musical sevillana se podría decir aquello de: “Entre todos la mataron y ella sola se murió”.

Esta Ciudad se ha convertido en una desagradable caja de sorpresas en nuestro deambular cotidiano sobre su corteza de calles y plazuelas. Voy con la penúltima tropelía, pues la próxima seguro que me espera a la vuelta de la esquina. El lunes 14 de febrero (Día de los Enamorados que todo lo justifican a través de un regalo, dentro del engranaje comercial del Gran de los Grandes Almacenes) acudo a mi cita semanal con mi Parroquia (¡bonito nombre!) de San Nicolás y por ende de mi Hermandad de la Candelaria. A la vuelta discurro buscando La Alfalfa bajando por Muñoz y Pabón y me llevo una sorpresa bastante desagradable. Justo en la esquina que configura esta calle con Corral del Rey y la Cabeza del Rey Don Pedro están restaurando una casa. Hermoseando su fachada, desde tiempo inmemorial, se encuentra un paño de azulejos de Mensaque. Se trata de un hermoso anuncio de “Rioja Palacio”. Pues bien en un auténtico despropósito están literalmente destrozando el citado azulejo troquelando en el mismo el agarre del andamiaje. ¡Una auténtica barbaridad!

Acudo a quien mejor conoce y ha estudiado en Sevilla la Historia de la Cerámica en su expresión callejera, Martín Carlos Palomo García, y aparte de proporcionarme las dos fotos que ilustran este Toma de Horas (se hace verdad una vez más que más vale una imagen que mil palabras) me comenta que ya ha manifestado sus quejas sobre el particular. Este ilustre candelario al que aparte de deberle los cofrades sevillanos en general, y los candelarios en particular, una impagable Historia de la Hermandad Candelaria, desarrolla una ingente labor clasificando y mostrándonos la enorme riqueza ceramista sevillana. Pueden visitar su más que interesante pagina y no se arrepentirán (www.retabloceramico.net/)


Como muestra del respeto que le tienen en esta Ciudad al rico Patrimonio de azulejos callejeros sevillanos ahí está, para vergüenza de propios y extraños, el del Studebaker de la calle Tetuán. No comprendo como la gente que van dentro del coche no se han bajado ya y se han ido a las rebajas de Zara. Los que amamos y sufrimos con las cosas que pasan por estos lares estamos viviendo una permanente pesadilla. Todo se reduce a una cosa que llaman “movilidad sostenible”, y mientras, se hacen los ciegos y sordos ante los destrozos que no cesan contra nuestro patrimonio sentimental. Sevilla se ha convertido en la Ciudad de las Convenciones políticas de todo tipo. Dicen que tendrá la llave de los cambios que se avecinan. Puede ser pero que nadie nos prometa países maravillosos que ya sabemos que no existen. Nos conformamos con que nos traigan rigor, decencia, seriedad y cariño, mucho cariño, hacia una Ciudad cruelmente maltratada. Si lo hacen, puede que incluso le pongamos un azulejo trianero de agradecimiento en la puerta de su sede.

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