lunes, 14 de marzo de 2011

La Casa (Tienda) del Sol Naciente


Los chinos siempre eran los malos de la “Película”. En los añorados “tebeos” infantiles de Roberto Alcázar y Pedrín el malo por antonomasia solía ser un chino con muy mala leche. El pelo lo llevaba recogido en una trenza y algo parecido a un birrete cubría su cabeza. Luego estaba el “Flan Chino Mandarín” y el “Teatro Chino de Manolita Chen”. Si en plan peliculero a un occidental lo detenían los chinos, los tormentos al que lo sometían para que “largara” eran atroces. Lo colgaban boca abajo después de sumergirlo varias veces en un barril lleno de agua, o le metían finísimas varillas de bambú entre las uñas. La llamada “Tortura China”. En Sevilla no hacíamos –ni hacemos- distinciones entre los de origen asiático y, de esta forma, japoneses, chinos o vietnamitas eran –son- simplemente: “los chinos”. Recuerdo, y dada mi precoz afición al Cine, haber visto una película de “Fu Manchú”, donde en un abarrotado mercadillo, se paseaban dos chinos con una vara sobre las espaldas y, colgando de las mismas un enjambre de ratas muertas. Después en mi etapa de juventud y a través de los ciclos del Cine Club Vida (situado en la calle Trajano), tuve acceso al Cine de Akira Kurosawa. El mismo que debemos encuadrar entre los grandísimos directores de toda la Historia del Séptimo Arte. Me provocó una fuerte impresión y me hizo interesarme por la impresionante Cultura e Historia de la China milenaria. Les faltaba un vengador justiciero en el celuloide (el “muchacho bueno” de las películas) y nos proporcionaron a un tal Bruce Lee que era capaz de tirar un árbol de una patada. Ahora ya los chinos se han saltado de las pantallas a los patios de butacas y, forman parte de nuestra vida cotidiana. Están por todas partes y no hay actividad comercial que se les resista. Tiendas de chinos diseminadas por toda la Piel de Toro. Trabajan como chinos y nos tratan a nosotros –compulsivos consumidores de cosas inservibles- como auténticos “chinos”. ¿Local que se queda vacío?, al otro día ya lo tienen alquilado y operativo. Primero fueron los “Restaurantes” con esos dragones dorados flanqueando la puerta de entrada y, donde acudían los noveleros para saborear los “Rollitos de Primavera”. Hubo una época que molaba cantidad comentar el lunes en la oficina: “el sábado estuve con Mari Pili y un matrimonio amigo cenando en un chino”. Novelería en estado puro. Pero ya la avanzadilla amarilla avanza imparable. Están ahora montando peluquerías y tiendas de moda. En un “Informe Semanal” (TVE) de hace unos días, planteaban que ya existen polígonos industriales madrileños tomados en su totalidad por los chinos. Aparte de que ya han superado a Japón en todos los parámetros económicos y, resultando previsible que en muy pocos años estén a la cabeza del mundo mundial. Son listos, muy listos; trabajadores, muy trabajadores. Vamos, que no solo son chinos sino que encima ejercen de chinos. Recuerdo hace unos días una anécdota significativa en una de las once tiendas chinas que existen en mi Barrio. Estaba comprando unas pilas cuando entró una señora mayor y le dice a una muchacha china que no sobrepasaba la mayoría de edad:

--- Miarma, miramé a ve si tenei un cacharro pa calentá la leche.

Dicho y hecho. En menos de 5 minutos apareció la chinita con un utensilio que mereció la aprobación inmediata de la buena señora. Han venido para quedarse y, lo mismo que hace unos años en cualquier playa andaluza gritabas ¡Vanesa! y salían doscientas niñas del agua, ahora gritaremos ¡Vane Chen Shui! y se quedará la playa vacía. Tiempo al tiempo.

Nota solidaria: Aunque aquí hablamos de chinos y no de japoneses, no estaría de más ponernos serios y mostrar nuestra solidaridad y afecto ante la terrible tragedia sufrida por el pueblo japonés. Terribles las secuencias mostradas por la televisión y, absolutamente conmovedoras, la entereza y disciplina –única en el mundo- con que este sufrido y maltratado pueblo se nos muestra ante el mundo. Saldrán adelante por que con ellos va implícito la bondad y el sacrificio. Volverán a renacer de sus cenizas cual ave fénix en forma de dragón volador. Desde Sevilla todo nuestro apoyo y nuestro fraternal afecto de pueblo hermano.

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