domingo, 6 de noviembre de 2011

Mañanita de Noviembre



El día nacía a luz y a la vida enhebrado en los alamares que pespunteaban el alba de la mañana. El rocío cubría de frescura los pétalos de las flores y las ramas de los árboles. Los pájaros se libraban del oscuro silencio de la noche para, tímidamente, iniciar su trinar anunciando un nuevo día. El aire del Aljarafe olía a mosto nuevo, serrín de bodega y a Cante de Trilla. Los hombres del campo andaluz se encasquetaban las gorras como último complemento de su vestimenta dominguera. Se escuchaba desde Bajo de Guía los sones de Sal Marina cantando “Pasajero en tus labios”. Un anciano abre los ojos en la cama de una Residencia agradeciéndole a Dios la posibilidad de disponer de un día más. Una madre se levanta para paliar el destape mantero de su niño en la cuna. Un hombre la reclama levantando un brazo para que vuelva pronto al lecho, y poder acurrucarse un ratito más en el calor de su cuerpo. Los hombres siempre buscan paliar la orfandad de las madres en el regazo de sus mujeres. Las mujeres bastante tienen con buscarse ellas mismas para encontrar la senda del amor. El desamparo siempre como “leitmotiv” de nuestras vidas. Huele desde alguna ventana de la calle a café recién hecho. Canta el gallo su eterno y ancestral kikirikí para comunicarnos que todo renace de nuevo. Una adolescente busca descalza el camino de vuelta a su casa herida por los excesos de la noche. Un cincuentón hace footing para presentarle batalla a la edad y a los kilos. El aceite de los puestos de calentitos empieza a hervir a borbotones. Las persianas de los bares chirrían en su destape mañanero. Los cazadores provistos de zurrones y escopetas avanzan por los montes imantados buscando sus presas. Los cálices de las iglesias esperan impacientes el mágico ritual de la misa de doce. “Tomad y bebed que esta es mi sangre; tomad y comed que este es mi cuerpo”. Los pueblos andaluces se desperezan abriéndose hacia la luz y hacia la vida. Esta tierra no se hizo para las sombras de la noche. Será por eso que aquí la luna brilla con un fulgor especial. Lo cantaba el hoy tristemente olvidado, Romero Sanjuán: “Dios hizo el mundo en seis días, y al séptimo descansó, y descansando soñó que le faltaba alegría y del sueño creó Andalucía”. Hoy es una hermosa mañanita de un domingo de Noviembre. Hoy la vida renace de nuevo asomada a la cornisa del Aljarafe. Hoy, como diría Serrat, puede ser un gran día: date una oportunidad.

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