Viendo el partido Italia-Inglaterra de la Eurocopa me entero, por los comentaristas del mismo, del fallecimiento del jugador del Real Betis, Miki Roqué. Llevaba una buena temporada plantándole cara valientemente a un cáncer que al final ha terminado con su joven vida. Cuando la triste “Dama de la guadaña” le quita la vida a un muchacho de 23 años de edad, la existencia humana pierde todo viso de racionalidad. Tenía toda una vida por delante y quienes lo conocieron (Morientes lo tuvo de compañero en el Liverpool inglés) dan fe de sus grandes cualidades como persona y futbolista. La gran familia bética, sevillana y futbolística estamos hoy bajo el manto negro de la pena amarga. Nuestras más sinceras muestras de solidaridad hacia sus familiares y amigos en horas tan difíciles de sobrellevar. Dios lo tenga en su Gloria y que el Señor del Gran Poder lo acoja bajo su divina tutela. A no dudar, Antonio Puerta, le estará esperando en la puerta de los Cielos. Descansa en paz que nosotros por la Palmera siempre te recordaremos con afecto.
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