“Cuando los pueblos
cambian la rebeldía por el conformismo
están condenados a su triste destino”
Mañana es 28 de Febrero y nuestras autoridades andaluzas quieren que lo
celebremos “oficialmente” como el “Día de Andalucía”. Conmemoramos la misma fecha cuando, en 1980,
nos dotamos de una Autonomía plena que a la postre conseguiría sacarnos de
nuestro ancestral e inmisericorde subdesarrollo. Visto lo visto, y dado la que
nos está cayendo, poco o nada tenemos que celebrar por esta castigada tierra
nuestra. El desencanto ha sido progresivo durante estos fatídicos años y
nuestros políticos han configurado que nuestro nivel de optimismo esté bajo
mínimos: por sus EREs los conoceréis. El
Paro nos tiene cercado y las expectativas de futuro mangoneadas por estos
“magos” del camelo. Andalucía hoy no es que no tenga pulso es que no tiene
vida. Han conseguido que los optimistas dejen de serlo y que los pesimistas
encuentren motivos para no perder su plus depresivo. Tenemos un señor
Presidente, encantado de haberse conocido, que posiblemente sea el Presidente
de la Junta
pero no el de los andaluces. Los políticos de esta tierra, en su conjunto, no
son ni malos ni buenos pero viven permanentemente instalados en la demagogia y
el despropósito. La culpa de nuestros males siempre la tendrá el “otro Partido”
y así nos luce el pelo. En los primeros
años de Autonomía las ventanas y balcones andaluces se llenaban por estas
fechas de banderas blanca y verde. Han ido desapareciendo poco a poco
paralelamente a nuestras ilusiones. Si queda alguna será posiblemente de algún
bético irredento soñando tiempos mejores. Andalucía siempre tuvo al hambre como
compañera de viaje y solo la superó soñando un mundo nuevo a través de sus
grandes músicos y poetas. Quieren
nuestros políticos que no nos instalemos en el derrotismo cuando son ellos los
que nos derrotan cada día. Mañana todos se situarán delante del antiguo Hospital
de las Cinco Llagas y harán su simulacro anual de andalucismo de salón. Mientras, nuestros jóvenes más talentosos se
ven obligados a emigrar y nuestros ancianos empeñan sus bastones para ayudar a
sus hijos y nietos. Darán “sus” medallas pero nunca nos darán nuestro trabajo. Mañana
es 28 de Febrero del 2013. Así que andaluces levantaos y pedir tierra y
libertad y, puestos a pedir, que también se vayan de una vez esta partida de
impresentables que rigen nuestras vidas y destinos. Duele en el alma ser
andaluz y nacer, crecer, envejecer y morir sin que nunca termine de amanecer
del todo en los campos y mares andaluces. Es nuestro destino y, en honor a la
verdad, nunca hemos tenido huevos para cambiarlo. Feliz Día a todos los que
viven opíparamente a costa de Andalucía y, sobre todo, de los andaluces.
Si señor, valiente y acertada opinión. Nada puede cambiar si no lo hacemos nosotros. Un abrazo.
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