jueves, 4 de julio de 2013

La banda del Genio





Se ha marchado al Manchester City Jesús Navas. Sin dudar estamos ante el mejor extremo derecho del fútbol europeo. Curiosamente, y aunque algo más joven que el portuense, compitió con el bético Joaquín quien era el que mandaba en la banda derecha. ¡Vaya par de peloteros!  Una pugna al estilo de Joselito y Belmonte. Tengo familiares en Los Palacios que me certifican que la familia de este “diablillo” de ojos azules es realmente excelente y que Jesús es una gran persona. Tardó algún tiempo en madurar y por ende en asimilar y convivir con la presión de la élite del fútbol. Hoy está definitivamente en la buena onda (los hijos son los hijos) y sus éxitos en la “Premier” están más que asegurados. Su velocidad y su sentido de la verticalidad harán estragos en las defensas contrarias.  Modélica la despedida (mejor el “hasta luego”) que le tributó el Sevilla. Necesitaba un vuelo de mayor alcance y en esta Ciudad parecía complicado que se le diera. Deja en las arcas sevillistas un buen montante monetario y en las vitrinas unos cuantos trofeos. Emulando a Jorge Valdano, Jesús Navas es un jugador de dibujos animados donde la magia y la fantasía tomaron cartas de naturaleza. Nunca tuvo un mal gesto con ninguno de sus adversarios y en el Colegio de Árbitros lo presentan como un modelo de respeto y corrección deportiva. Pero como la perfección es verdad que no existe, Jesús Navas tiene para mí un defecto: no ser del Real Betis Balompié (aunque para consolarnos siempre nos quedará Joaquín).  Suerte a este excelente futbolista, y mejor persona, que nos llegó un día procedente de la tierra donde se cultiva la mejor uva del moscatel del mundo. Es el signo que, en cualquier modalidad, siempre marcó el compás de esta Ciudad: los verdaderamente buenos se terminan marchando. Que le vaya bien amigo.

1 comentario:

  1. Ojalá le vaya igual de bien que en su equipo del alma, aunque creo que la tierra tira mucho y, según creo ha dejado caer, piensa recalar de nuevo por aquí. Un saludo y espero que nos veamos por la velá, querido Juan Luis.

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