Excma. Sra. Doña Susana Díaz,
Presidenta (no electa) de la
Junta de Andalucía:
Permítame, en primer lugar, darle
mi más sinceras felicitaciones por su reciente nombramiento como Presidenta de la Junta de Andalucía.
Sinceramente, la dimisión de don José Antonio Griñán no fue tal: nunca puede
irse aquel que nunca estuvo.
Llega usted al poder andaluz en
plena juventud y siendo la primera mujer andaluza que alcanza tan alto cargo
(el máximo que puede ostentar un político andaluz.). Eso está bien salvo por
algunas matizaciones que me permito hacerle a continuación:
1. Procede usted del “aparato”
del Partido sin más experiencia laboral que la que dimana de los laberintos
burocráticos de la calle San Vicente.
2. A
pesar de ello dicen los que bien la conocen que es usted una persona muy
trabajadora y que sabe moverse como nadie (experiencia no le falta) por los
pasillos de la política de “andar por casa”.
3. Supongo que conocerá de
“primera mano” que una parte sustancial de la “vieja guardia” del socialismo
andaluz y/o sevillano no está muy satisfecho con su nombramiento (inclúyame por
favor).
4. El señor Griñán “ocupó” dos
veces la Presidencia
de la Junta sin
ganar las Elecciones y usted va por la primera. Todo legal, todo democrático y
todo insustancial. Esto no supondrá ningún problema mientras Izquierda Unida
acuda a su rescate (los mismo que no hace mucho, en público y en privado,
acusaban al PSOE andaluz de corrupto. Pero: el Poder es muy goloso para negarse
a catarlo de la manera que sea).
5. Desearle, sin ningún tipo de
reservas, que su paso por la
Presidencia de la
Junta (posiblemente usted aspire legítimamente a cotas más
altas) sea beneficiosa para esta tierra –la suya y la mía- tan castigada como
ninguneada.
6. Para terminar y, si me lo
permite, como una somera declaración de principios le diré que dada mi
condición de viejo socialista demócrata (anclado pertinazmente en el idealismo)
no contaría usted con mi voto en unas Elecciones Generales. Nunca me
interesaron los políticos profesionales. Aquellos que, a lo largo de muchos
años, hacen de la política su forma de vida no tienen nada que ver
conmigo. Mi voto hace tiempo que se
cubre del blanco candelario. Esto no es óbice para desearle toda la suerte del
mundo en su gestión al frente de los destinos andaluces. Después de más de
treinta años de “reinado socialista” Andalucía se encuentra postrada en las
manos inmisericordes del Paro más atroz (el de la juventud ni le cuento) y
estupefacta ante las tropelías que se cometen con ella. Le ruego que cuando
reciba algunas criticas razonadas sobre su gestión no acuda al manido recurso
de que las hacen por ser usted joven, socialista y mujer (otros posiblemente si
lo hagan desde esta perspectiva).
En Sevilla, cuna del Arte y el
Paro, a Lunes Día 9 de Septiembre del 2013
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