sábado, 28 de septiembre de 2013

Robert Castel



 
Bien me tiene demostrada la experiencia que el Flamenco hace compañeros de viaje de la forma y en los sitios más insospechados. Robert Castel es un gran músico nacido en Argel en 1933 y afincado en Francia desde hace ya muchos años. Mezcla a nivel étnico la música musulmana y sefardí y se nos configura como un gran amante del Arte Jondo. Ha visitado Sevilla en más de veinte ocasiones y siempre se vuelve para Francia cargado de libros y grabaciones flamencas. Nos tenemos un  profundo aprecio y lo ayudo en esos menesteres investigadores flamencos. Recorre el mundo con sus músicos y su consideración artística es bastante importante. Me lo presentó hace ya tiempo Antonio Hierro (Capataz de las Penas de San Isidoro) y la verdad es que nuestra amistad no ha hecho más que reforzarse con cada una de sus visitas. Lo pasó bastante mal a su llegada a Francia en plena confrontación con Argelia y su vida ha sido cualquier cosa menos fácil.  Los argelinos residentes en Francia siempre estaban bajo sospecha. La música, su extraordinaria capacidad musical, lo reivindicó plenamente con Dios y los hombres. Tiene predilección en Sevilla por “Casa Coronado” y su más que excelente cerveza.   Siempre se hospeda en el “Hotel Colón” y su romance con Sevilla y el Flamenco entiendo que son imperecederos.  Habla como una ametralladora intentando empaparse de todo cuanto rodea a nuestra Ciudad y al Flamenco.  A pesar de nuestra amistad siempre se refiere a mí como “señor Juan Luis” y a duras penas he conseguido que me tutee. Arde en deseos de que Antonio (Hierro) y yo lo visitemos en París y siempre le estamos dando “largas”.  Por primera vez estamos por la labor y le gustaría que diera algunas charlas de Flamenco en la capital francesa.  Sinceramente su amistad me resulta bastante gratificante ante los tiempos que corren y que están dominados por la “ojana” y la banalidad.  Su vida amorosa da para varios capítulos de un libro y su apostura se resiste, a pesar de los años, en abandonarlo. Grande, muy grande, este Robert Castel que sabe de Flamenco más que Juan Talega.  Sevilla lo atrapó y no está dispuesto a poner fin a este ya largo romance. Escribo este “Toma de Horas” después de dejarlo en un taxi con su bella esposa. Me ha dejado literalmente molido de tanta calle.  Mañana se marchará de nuevo pues la semana entrante creo que actúa en Nueva York.  Hasta la próxima Robert que seguro no se demorará mucho en el tiempo.  Sevilla corresponde al cariño que sientes por ella.

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