No tengo claro si yo veo muertos o son ellos los que me ven a mí. Hay
muertos que nunca terminan de morirse del todo y, de esta manera, ni descansan
ellos ni tampoco descansamos nosotros los vivos. La Guerra In-civil española estará
definitiva e históricamente superada cuando no hablemos de mis muertos y de tus
muertos: sino de los muertos. Los caídos de los dos bandos en definitiva. Una
muerte es la vida extinguida de una persona y un epilogo de duelo perenne para
sus seres queridos. La ideología o el credo nunca pueden justificar el que haya
muertos buenos y muertos malos. La muerte es terrible por el feroz zarpazo de
su propia naturaleza. El pasado domingo día 13 de Octubre se celebró un acto
multitudinario en Tarragona para beatificar a 522 personas de creencia
religiosa asesinadas en la fraticida contienda española. Fue un evento masivo
encabezado por dos Ministros, el Presidente de los catalanes, 104 obispos, 8
cardenales, 1.386 sacerdotes, 2.720 religiosos de todas las congregaciones y
3.947 familiares de los mártires. Como era de esperar este acontecimiento desató la polémica no solo en el “otro bando”
sino incluso entre muchos cristianos de base. La Iglesia –como le ha pasado
siempre- perdió una ocasión que ni pintada para reivindicar la reconciliación
nacional abogando en su discurso por todos los muertos –sin excepciones- de la Guerra. Nada que objetar a que
se honre la memoria de personas que fueron vilmente asesinadas por su credo
religioso y, tampoco, a que se haga lo propio con aquellos que fueron
asesinados por defender sus ideas democráticas y republicanas. Lamentablemente
soy de los convencidos que el “Frentismo” nos acompañará todavía durante un
buen puñado de años. Los que siempre
abogamos por una “Tercera vía” en aras de una verdadera concordia nacional lo
tenemos crudo. Siempre estaremos bajo sospecha y nuestra falta de implicación
histórica (en lo que a muertos se refiere) con “uno de los bandos” será
hartamente cuestionada. Continuamente se
reeditan nuevas obras de Manuel Chaves Nogales (la última “¿Qué pasa en
Cataluña?” -Editorial Almuzara- absolutamente recomendable) y leerlo en la
actualidad cobra un especial significado. Nuestros abuelos vieron muertos;
nuestros padres vieron muertos y la gente de mi Generación nos criamos viendo
muertos. ¿No es hora de que procuremos que nuestros hijos y nietos no los sigan
viendo? No me gusta escribir Toma de
Horas que propicien la polémica y el
auge del fundamentalismo. Por ese motivo he dejado pasar varios días antes de
pronunciarme sobre este espinoso tema. Ayudemos de manera solidaria (con el
Gobierno a la cabeza) a quienes quieren desenterrar de las cunetas a sus
familiares para darles una justa sepultura. Tampoco podemos convertir la “Ley
de la Memoria Histórica”
en la “Ley de la Media
Memoria Histórica”. Al
reclamo de la Crisis
la Extrema Derecha está tomando un auge muy considerable en toda Europa (la
replica de la
Extrema Izquierda no tardará en llegar). ¿Ese es el futuro que queremos para nuestros
hijos y nietos? ¿Dónde ha llevado a la Humanidad las posturas radicales? Que cada cual saque sus propias conclusiones
y actúe en consecuencia. Nos dicen continuamente que los pueblos que olvidan su
Historia están llamados a repetirlas (en sus aspectos más negativos). En fin…..a veces sigo viendo muertos en
noches de pesadillas. ¡Que Dios nos coja
confesaos!
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