Saber que estás
allí donde las
rosas palidecen.
Pasar lista al amanecer
y poder decir: ¡Presente!
Curiosear por la tarde
antes de que te atrape
la noche.
Asumir sin complejos
que dejarás cosas
en el tintero y libros
sin abrir en los estantes.
Entender, ¡al fin!,
“Extraños en la noche”
del gran Sinatra.
Todos dirán de ti
es bueno pero raro.
No sabe distinguir
el galgo del podenco,
pero, eso si, algo
sabe de Flamenco.
Vivamos – y brindemos-
por nosotros
y los eternos ausentes.
Probemos el sorbo
de la vida brindando
con mosto aljarafeño.
Pues a pesar de todo
la vida es tan corta
y… ¡tan bella!
(de “Las Siete Revueltas”-2011)
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