Me gusta escribir los “Toma de Horas” sin que en ellos manden los temas
de la actualidad más palpitante. Hoy nuestro sufrido país, nuestra castigada
región y nuestra maltratada ciudad aportan a diario material de primera mano
para que no se seque la tinta en ningún tintero. Lo lamentable es que, no pocas
veces, con cuestiones que van de regulares a peores. Suelo tener siempre
escrito y archivados a la espera de sacarlos a la luz de la ventana de Internet
no menos de veinte “Toma de Horas”. Se me ocurren en los sitios más inesperados
y trató de memorizarlos y anotar algunas ideas en la libreta que siempre me
acompaña. No tengo ínfulas de periodista-escritor y mucho menos de cronista de
nuestra Ciudad (eso lo dejo para otros que se consideran “Depositarios de las
esencias”). De vez en cuando me “mojo”
en caliente sobre algún hecho singular en el que entiendo (entendemos Salva
Gavira y yo) que es imprescindible manifestarse. No es la primera vez que
comento la finalidad que nos movió a crear este modesto Blog y que no fue otra
que intentar provocar emociones e inducir a la reflexión. Sevilla, siempre
Sevilla, como eje vertebrador de nuestros sentimientos más nobles. Asumimos sin
complejos que para algunos aquí se escriben y comentan cosas de cierto interés,
mientras que para otros todo resulte anodino e intrascendente. Sin duda todos
tendrán parte de razón. Como es preceptivo por ser un espacio público tenemos
un apartado para los comentarios que raramente se utiliza (conozco Blog que
ante un tema candente ha sobrepasado los cien comentarios y algunos de ellos
ofensivos y descalificadores). Aquí no se abren debates ni tampoco se cierran
puertas a las diferencias ideológicas, sociales o culturales de nadie. El
respeto a las personas y a la manera que tenga cada uno de encarar la vida y
sus circunstancias para nosotros es innegociable. Solo nos mostramos
rotundamente inflexibles ante cualquier tipo de fundamentalismo. No damos
lecciones de moral ni tampoco estamos dispuestos a recibirlas de cualquier
advenedizo. Asumimos que la cotidianidad es asfixiante por su implacable yugo
de sinsabores. Verla y analizarla con una cierta perspectiva requiere cierto tiempo
(el mismo del que hoy nadie parece disponer). Corren malos tiempos para casi
todo y para casi todos. Vivimos una sociedad que parece ignorar de donde viene
y, lo más importante, hacia donde va. Todo gira envuelto en clave de confusión
y la palabra Crisis es la más repetida en las conversaciones cotidianas. Mientras
podamos andaremos por aquí para aportar nuestro granito de arena en esta playa
de olas tan turbulentas. Bastaría que a una docena de personas les fuera de
alguna utilidad los “Toma de Horas” para no cerrar el “chiringuito”. Nos conformábamos
con escribir cien y ya caminamos hacia los mil “Toma de Horas”. Mantenemos el
rumbo y las tempestades no nos harán cambiarlo. Sevilla, siempre Sevilla en el
corazón. Al final, como pasó siempre, todos seremos pasto del olvido. Cuando el
ser humano, en cualquiera de sus actividades, se empieza a considerar
importante está llamando a la falsa puerta de la vanidad. Si se la abren estará
irremediablemente perdido. Por su autocomplacencia los olvidarais.
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