Hoy, exactamente hoy día cinco de noviembre del 2013, hace cincuenta
años que falleció en México el poeta sevillano y universal Luis Cernuda. Para
tal efeméride se van a celebrar distintos actos en la Ciudad que le vio nacer,
crecer y exiliarse. Se leerán poemas en
la calle Acetres donde nació y también en la calle Aire donde vivió algunos
años de mocedad. La obra y la vida de Luis Cernuda ha sido detallada y
profundamente estudiada (imprescindible y de obligada lectura la aportación de
Antonio Rivero Taravillo en dos libros editados por Tusquets Ediciones) como
para detallar en este modesto Blog algunos aspectos de la misma. Luis Cernuda
actualmente se nos configura como uno de los grandes, muy grandes, poetas del
siglo XX. Como mejor se le conoce es
leyéndolo con el alma liberada de rencores y prejuicios. Cernuda es a la Poesía
lo que Antonio Mairena al Cante: la verdad desnuda de artificios y mentiras
programadas. Pasar por la calle Aire y no leer en un azulejo callejero su
“Jardín Antiguo” es un pecado de lesa humanidad. El mismo que dice:
“Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros
Guarda el encanto de las aguas.
Oír de nuevo en el silencio
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.
Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas siempre bellas.
Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un Dios sin
tiempo.
Parodiando al gran Juan Ramón podríamos decir: no lo toques más que así
es el Poema. Cincuenta años de la muerte de Luis Cernuda y su llama poética nos
sigue alumbrando como el primer día. Leerlo
hoy, mañana y pasado mañana será siempre un grato placer para los corazones
inquietos y esperanzados. Gloria eterna
a este gran Poeta nacido en la calle Acetres y que ha quedado grabado con
letras de oro en la Historia de la Poesía Universal. Cernuda, el inmenso poeta Luis Cernuda. Cincuenta
años hace que murió dejando a medio terminar en su máquina de escribir un texto
sobre los hermanos Álvarez Quintero.
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