jueves, 7 de noviembre de 2013

Sentimientos compartidos





“A todos nos han cantado
En una noche de juerga
Coplas que nos han matado”
- Manuel Machado -

He vivido noches flamencas que me acompañarán mientras mi cabeza tenga percepciones sentimentales de los días vividos y, sobre todo, gozados. Recuerdo con especial emoción un Recital que dio, hace ya muchos años, José Mercé en la sevillanísima “Peña Torres Macarena”. Fue un recital antológico preñado de gitanería y Cante de muchísimos kilates. Allí estábamos todos los cabales prestos para recibir solícitos la unción del Cante con mayúscula. He visitado Peñas flamencas de los sitios más variopintos y en todas había un par de aficionados que de verdad sabían de que iba el Flamenco. La “Peña Torres Macarena” tenía en aquella época no menos de docena y media de grandísimos aficionados que, a la postre, han configurado que a esta Entidad flamenca sevillana se le conozca por la “Maestranza del Cante”.  Aquella mágica noche cantó José Mercé acompañado a la guitarra por Manuel de Palma. Creo recordar que hizo diez cantes y los duendes afloraron por entre los recovecos de su garganta. Remató su magnifico Recital con unas Tonás escalofriantes que nos arañaron las paredes del alma. Nada más terminar me voy a la cola del “meodromo” y observo que había tres o cuatro conteniendo a duras penas las lágrimas. Me sumé sin complejos al coro de los sentimientos compartidos y acordándome de mi padre que había fallecido recientemente saque mi pena de paseo.  José Mercé aquella noche nos hirió en lo más profundo de nuestros sentires flamencos y humanos (que viene a ser lo mismo) y a mí el jerezano me ganó de por vida para su causa jonda.  Aquella recordada noche la rematamos, a las claritas del día, con un papelón de “calentitos” macarenos adornado con sabroso café y un “buchito” de aguardiente en “Casa Manolo”.  Dejé en un taxi a mi compadre del alma Manolo Centeno en la calle Bailén y me fui para mi casa ebrio de Cante, amistad y vino.  Fuimos pasajeros de la nave donde se mezcla el gozo con la pena. Desembarcamos victoriosos en el puerto de la Esperanza para dar gracias a Dios por ser sevillanos, macarenos y flamencos. Mensajeros eufóricos portando en nuestras alforjas la verdad del Arte Jondo. No pocos de aquellos “oficiantes” ya no están con nosotros pero….que nos quiten lo “escuchao”. Podemos decir parodiando a “The Beatles”: ¡Que noche la de aquel día!

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